Cambiar de maceta
Trasplantar parece muy sencillo, pero si no
se hace bien, se puede debilitar mucho la planta. Pero, ¿cuáles son los síntomas que nos indican que una planta ya necesita el trasplante?
Básicamente cuando las raíces van llenando todo el espacio de la maceta y, además, si el sustrato ha perdido calidad y sus características iniciales, aunque se haya abonado regularmente.
El primer paso es preparar en la nueva maceta un buen drenaje con gravilla, grava, piedra volcánica... y rellenar con el sustrato específico
de la planta hasta un poco menos de la mitad.
Después, sacar la planta de su antiguo tiesto, con cuidado, para que el cepellón no se desmorone. Será más fácil, si se riega y empapa bien todo el sustrato. Entones, dar algunos golpes a la maceta para que la tierra se despegue, coger la planta por la base del tronco o tallo principal y tirar de ella hacia arriba, para que salga fácil.
Introducir la planta en la nueva maceta, ni muy hundida ni demasiado fuera, y rellenar con más sustrato. Presionar con la mano cada vez que se eche tierra, ya que así se va compactando y se aprecia si se echa la cantidad adecuada.
Regar y situar el tiesto en una zona luminosa, protegida del sol directo. Un consejo: si la planta
se cambia a una maceta el doble de grande, no necesitará el doble de agua por el momento; echa la misma que antes o podrían pudrirse las raíces.