El clavel (Dianthus caryophyllus), es una especie originaria de la cuenca del mediterráneo. Perenne, de base leñosa y con una floración durante casi todo el año que la convierte en la planta perfecta para llenar de color y vida cualquier rincón.
Suelen desprender una fragancia fuerte y atractiva y la clave está en colocarlos en lugar a pleno sol. Un lugar que mantenga una temperatura entre los 22 y los 25 grados será el sitio perfecto para ubicarlos. Eso sí, en invierno, protégelos, puesto que el intenso frío los deteriora muy rápidamente y deforma sus pétalos.
En cuanto al riego, necesitan agua de forma constante sin llegar a ahogar y abonar una vez por semana durante primavera y verano. El resto de temporadas, será suficiente con realizar un abonado al mes.
Si deseas multiplicar tus claveles, la mejor forma será hacerlo a través de las semillas durante la primavera aunque también puedes realizarlo por esquejes o división de macollas (nivel experto). Estas semillas germinarán en las dos o tres semanas siguientes si lo mantienes en un ambiente cálido.
Son plantas perfectas para tener en macetas y jardineras. Tu balcón se coloreará gracias a esta especie tan alegre. ¡Di sí a los claveles!
OJO CON LAS PLAGAS
Los ácaros, pulgones, minadores o nematodos son algunos de los insectos que más atacan a esta especie. Suelen ser víctimas de enfermedades como la Roya, la mancha foliar y otros hongos y virus que "manchan las hojas".