El árbol de Navidad al natural
Blanco, plata y oro: decorar el árbol de Navidad en solo tres colores es un acierto. Conseguirás que las ramas destaquen, sin ocultarlas, y los adornos ganarán protagonismo al contar con un espacio despejado alrededor. Expuesto en una maceta acorde con su tamaño, con agujero de drenaje en el fondo, el árbol se mantendrá por mucho tiempo sin problemas; riégalo cada tres días, humedece sus ramas con pulverizador y aléjalo de la calefacción. Estará mejor cerca de las ventanas y, cuando ventiles la habitación, lo agradecerá. Acabadas las fiestas, llévalo a un centro de recogida (infórmate en tu ayuntamiento). Replantarán los que estén bien y los que no, se usarán como compost. Barreño de cinc, similar, de Pomax.