Combinar diferentes materiales, colores y estilos fue el gran éxito de esta casa. Su salón es un claro ejemplo de integración y armonía.
Integrar la terraza al salón para ganar espacio es una de las reformas que más se suele realizar en las casas. Curiosamente, en esta vivienda madrileña se hizo todo lo contrario: recuperar la terraza original y dejarla como un puente entre el salón y el paisaje. La enorme cristalera regala ahora la panorámica green y ofrece una nueva perspectiva que conecta el interior con la naturaleza. El salón, dividido en dos zonas, tertulia y relax, se equipó con muebles distintos tanto en acabados como en sus procedencias, con un único nexo en común: el atrevido color. Destacan los diseños de autor —en su mayoría italianos—, piezas icónicas de los 70 y alfombras artesanales. El resultado es un salón luminoso y dinámico
que respira belleza y gran comodidad.
Un salón presidido por James Bond
El color es el gran protagonista de esta zona de tertulia formada por diferentes asientos orientados hacia la mesa de centro, que invitan a charlar manteniendo en todo momento el contacto visual. Llaman la atención la impresionante lámpara de pie XL y la fotografía enmarcada del agente 007.
Asientos por duplicado, para sentarse mejor
Además de los dos sofás, de cuero y terciopelo, la zona de estar se cierra con un par de butacas danesas grises y dos sillas tapizadas en fucsia. En el centro, la mesa de cristal deja entrever el estampado geométrico de la alfombra.
El salón se completa con una zona de relax presidida por una chaise longue. Se ha ubicado frente al gran ventanal por el que se divisa la arboleda, para disfrutar así del paisaje. La alfombra con una gran flor parece indicar el camino hacia la terraza. Al fondo, la consola de cristal no entorpece la panorámica.
Las alfombras delimitan la zona de tertulia y la de relax. Con sus motivos, dinamizan el ambiente.
Diseño italiano y seventy ¡Éxito seguro!
- ¿Qué tendrá el made in Italy que tanto gusta? En este salón es cautivador, en especial, las piezas originales de los 70. Todo en él tiene cabida: los colores intensos, las formas geométricas y los estampados florales y psicodélicos.
- El ambiente da una lección magistral del uso del color, donde azules y fucsias se relacionan con blancos y negros en una búsqueda de contrastes que deja espacio a cada uno de ellos y enriquece el conjunto. La armonía es la ganadora.
- Si tenías dudas a la hora de mezclar materiales en un mismo ambiente, este salón es una prueba de que sí, se puede. El uso dispar de cuero, terciopelo, lana, cristal o metal ¿acaso incomoda? ¡Nada de eso! Su integración es perfecta.
Realización: Beatriz Aparicio.