Para el salón, y dado que quieres un acabado llamativo, básate en el color verde de las cortinas. Complementa el sofá con cojines en diferentes tonalidades de verde e, incluso, algún otro color que te guste y que contraste con el verde, como para salpicarlo con un tono llamativo. Por ejemplo, el verde con el fucsia dará un resultado muy alegre y llamativo, con azul o amarillo obtendrás un ambiente muy refrescante y con marrón llamarás a la elegancia. Piensa con qué opción te sientes más identificada y pinta las paredes acorde. La base blanca siempre es un acierto (si no te gusta el blanco puro, matízalo con una pizca de marrón) y el color te dará el resultado que buscas. Combina una pared en color verde, pero que no sea la de la ventana y otra con una pintura metalizada bien en plateada o en oro viejo. Consulta la carta de colores de Bruguer y seguro que encuentras una tonalidad que te guste. Y para la habitación infantil, y dado que no sabes el sexo del bebé, opta por colores neutros. Un blanco de base con una pared con papel pintado que combine azul y verde en rayitas de colores, incluso, algún modelo multicolor con más colores, para crear un ambiente muy colorido. Nuestra propuesta: sobre la base blanca crea un mural con vinilos decorativos de colores.