Antes de transformarse en un espacio luminoso y lleno de vida, el salón comedor de Nury Calvo y su familia, a pesar de ser amplio, no terminaba de sacarse todo el partido. Un mobiliario demasiado oscuro en tonos wengué, y una mala distribución, eran los culpables de la situación.
El mayor deseo de su propietaria era convertirlo en un área funcional, y por ello, buscar soluciones de almacenaje constituyó uno de los puntos clave de la reforma. El equipo de interiorismo de Ikea fue el encargado de llevar a cabo la transformación del espacio. Echa un vistazo a las fotos del antes...
Así era al principio.
Nury Calvo
La mesa del comedor original solo podía albergar a seis comensales, y la ausencia de alfombras, junto a un espejo tan pequeño, conseguían que esta zona quedase aislada y desangelada.
Nury Calvo
De nuevo, la ausencia de alfombras y la oscuridad del mobiliario, concebían un espacio frío y angosto, como si las piezas hubieran sido colocadas al azar.
Nury Calvo
El primer cambio fue pintar las paredes de blanco, para aportar más luminosidad al ambiente, y decorar una de ellas en color azul. Aunque otro elemento que marcó el antes y el después, fue la nueva iluminación.
El nuevo mobiliario alrededor de la televisión, cuenta con mucho más espacio de almacenaje que el anterior, y al estar acabado en un suave color gris, aporta más luminosidad que el wengué.
Nury Calvo
Ahora el comedor ha ganado luz y espacio, con una mesa para ocho comensales que respira calidez gracias a la alfombra que reposa a sus pies. El espejo, sin marco y más amplio, añade mucha profundidad, y las plantas terminan de completar el look fresco y natural.
Nury Calvo
No te pierdas el vídeo a continuación, donde Nury Calvo explica paso a paso cómo fue la reforma. ¡Pensarás que se trata de otra casa!
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