10 alimentos que pueden ayudar a prevenir el cáncer de mama, según los médicos

Además de todos los beneficios para la salud vinculados al aceite de oliva, esta grasa saludable también puede ser útil para reducir el riesgo de cáncer de mama. Un estudio de septiembre de 2015 descubrió que añadir 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra a una dieta rica en frutas y verduras podría reducir el riesgo de cáncer de mama en un 68%.

Y eso no es todo: el aceite de oliva tiene un beneficio adicional relacionado con la densidad mamaria, que es otro factor de riesgo para el cáncer de mama. Un estudio de 2014 entre más de 3.500 mujeres descubrió que consumir 1,5 cucharadas de aceite de oliva cada día se asociaba con una menor densidad mamaria.

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Como la mayoría de los médicos, la Dra. Funk aboga por añadir una buena cantidad de verdura a la dieta. Las verduras de hojas verdes como la col, las espinacas y la col rizada son especialmente buenas, al igual que el bok choy y las acelgas. Para aprovechar al máximo los beneficios nutricionales de estos vegetales (y de las crucíferas, como el brócoli y los nabos), recomienda comerlos ligeramente cocidos al vapor o crudos.

Ya que cuando masticamos estos alimentos, rompemos las paredes celulares y se crea sulforafano, que puede buscar y destruir las células cancerosas. Consejo: si no te gustan las verduras crudas, prueba a mezclar algunas piezas crudas con las cocidas.

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Añde antioxidantes a cada comida. Los alimentos ricos en antioxidantes, como las bayas, las espinacas, la col rizada e incluso el chocolate amargo, reducen los niveles de estrés oxidativo (cuando esos niveles son demasiado altos, hay más probabilidad de enfermar). Los frutos rojos, en particular, fomentan lo que la Dra. Funk llama "suicidio de células cancerosas" (apoptosis).

Una sugerencia de desayuno saludable: avena con arándanos o un batido de frutos rojos. Hablando de batidos, tanto las bayas frescas como las congeladas son buenas.

Uno de los mitos que la Dra. Funk quiere aclarar. Como explica Funk en su libro, la idea de que la soja es mala para la salud surgió de una mentalidad de "más vale prevenir que curar" después de que algunos estudios demostraron que aumentaba los niveles de estrógeno en los animales. Sin embargo, varios estudios de 2009 sobre el impacto en los seres humanos muestran que la ingesta de soja en realidad puede proteger contra el cáncer de mama (más cuando la consumen los jóvenes).

Recomienda consumir de dos a tres porciones de soja al día, que puedes obtener de la leche o yogur a base de soja, y de alimentos como el tempeh, miso y tamari. Cuando elijas una leche de soja, asegúrate de que está hecha con habas de soja enteras como ingrediente principal en vez de proteína de soja.

La fibra juega un papel muy importante en la protección contra el cáncer, explica la Dra. Funk. "Aplasta los sueños del cáncer cuando se une al estrógeno y las toxinas en el tracto gastrointestinal, mejora la sensibilidad a la insulina y libera vitaminas antioxidantes y compuestos anticancerígenos".

Puedes aumentar su consumo de fibra comiendo alimentos como frijoles negros, habas, alubias, guisantes, lentejas, aguacate y alcachofas.

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Múltiples estudios prueban una disminución del cáncer de mama en mujeres con un "alto consumo de tomate". Y aunque probablemente los comas crudos habitualmente, calentarlos durante 15 minutos ayuda a que el licopeno, un antioxidante antiinflamatorio, se absorba y funcione de manera más eficiente en tu cuerpo. La próxima vez que agregues tomates a una ensalada o comida, prueba a asarlos o saltearlos para aumentar su potencia.

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Habrás escuchado mil veces el viejo refrán, así que no lo repetiremos, pero... las manzanas son realmente buenas amigas. Los flavonoides de la cáscara de manzana ayudan a retardar el crecimiento de las células cancerosas. Un estudio de 2005 mostró que las personas que comían una manzana al día tenían un 24 por ciento menos de casos de cáncer de mama que las que comían menos manzanas. Dado que la piel es la parte más importante, es mejor comer la fruta entera o licuada en lugar de en jugo.

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En cuanto a lo que bebes, la Dra. Funk recomienda este trío: té verde, café y agua.

Ella llama oro líquido al té y recomienda tres tazas al día (que tiene el mismo contenido de cafeína que una taza de café). Aquí hay una estadística salvaje: beber tanto té al día puede reducir el cáncer de mama hasta en un 50 por ciento, según un estudio de 2001

La Dra. Funk recomienda comer granos 100 % integrales, como pan integral, pasta, arroz, avena, quinua o cebada, y evitar el pan blanco.

Y aquí tienes otro almidón saludable para añadir a tu dieta: el arroz jazmín rojo. El color rojo del arroz contiene fitonutrientes que reducen la invasión de células de cáncer de mama humano en una placa de Petri. El arroz integral también tiene beneficios similares.

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