Tras el éxito cosechado en Nueva York y en Los Ángeles (ciudades en las que se agotaron las entradas en cuestión de horas), el Museum of Ice Cream (Museo del Helado en español) llega a su tercer destino: San Francisco.
Un edificio histórico del centro de la ciudad acoge este lugar de peregrinación para los amantes de los helados que cuenta con diez instalaciones interactivas de las que podemos disfrutar con los cinco sentidos. Los afortunados visitantes podrán entrar en una cueva con paredes de caramelo o una habitación psicodélica con arco iris y unicornios y sumergirse en la piscina con cien millones de confetis dulces.
Además, se realizarán catas de las mejores heladerías de California y podrá comprarse merchandising exclusivo.
www.museumoficecream.com
Fotos: Katie Gibbs
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Esta puerta acorazada da acceso al paraíso de los amantes del helado.
El bar está inspirado en los de los años 50 pero todo es de color rosa chicle.
Pon tu canción preferida mientras disfrutas de un buen helado.
Los utensilios para disfrutar de un buen helado en versión golden.
Esta piscina con cien millones de confetis dulces se ha convertido en la principal atracción.
Es el espacio más instagrameado de todo el museo.
Durante tu visita puedes catar diferentes sabores de helado.
El espacio perfecto para hacerse una foto.
Una sobredosis de color y buen rollo.
Para acceder a la sala plateada.
Volverás a sentirte como un niño.
Vista de la sala con paredes cubiertas con botes de nata.
Adéntrate en este bosque de caramelos XXL.
Un cielo de nubes dulces y guindas.
Homenaje a estos caramelos parecidos a los petazetas.
Cada una de las 10 instalaciones permite interactuar con ella.
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