El secreto de una buena ensalada está en la variedad de sus ingredientes. Los estudios demuestran que cuanto más color tiene un plato, más nutritivo es. Huye de las parejas monótonas y atrévete a mezclar.
Por ejemplo, si eres fan de los aguacates, nada como combinarlo en tu ensalada con bacon, nueces y cebolla morada. ¿La salsa? Una deliciosa vinagreta de limón.
¿Y si eres del bando de la remolacha? Esta hortaliza se lleva a las mil maravillas con la manzana, el queso de cabra y los huevos. Le irá perfecto una salsa de rábano picante con eneldo.
Si te gusta la fuerza del sabor de un buen queso azul, mézclalo en ensalada junto a apio, manzana y nueces. Coronarla con salsa de mostaza de Dijon y miel será lo mejor que puedas hacer para poner la guinda perfecta.
Si te encantan las ensaladas con pollo, recuerda que es perfecto para mezclar con queso azul, cebolla y champiñones. Como salsa, una buenísima vinagreta de romero y tomillo.
¿Ensalada de salmón? ¡Sí, por favor! Mézclalo con espárragos, tomates y zanahorias y adereza con salsa de sésamo tostado y jengibre.
También puedes optar por incluir las gambas en tu ensalada junto a aguacate, cebolla y… ¡bacon! Sí, sí, como lo lees. ¿La mejor salsa? Vinagreta de cilantro y lima.
¡Buen apetito!