El pescado es un ingrediente fundamental dentro de una dieta equilibrada. Lo ideal es comer entre 2 y 4 raciones a la semana. Existen múltiples variedades, cada una de ellas con unas características y unos sabores que admiten innumerables técnicas de cocinado.
Tipos de pescados y cómo hacerlos
¿Pescado blanco o azul?
- El pescado blanco: son aquellos que viven en capas cercanas al fondo del mar, tienen muy poca grasa (menos de un 5%), son muy digestivos, aportan pocas calorías y una gran cantidad de vitaminas del grupo B, especialmente B12. Para diferenciarlos, mira su cola, su borde es recto o redondeado en la parte superior. Gallo, lenguado o bacalao son algunos de ellos.
- El pescado azul, como el bonito o trucha, vive en aguas superficiales, tiene más grasas, aunque suelen ser insaturadas (muy beneficioso especialmente el Omega-3). Reconócelos porque su cola tiene forma de flecha (16 Recetas con pescado azul).
Tipos de cocinado
- Para hacerlo al horno, elige pescados con una textura que aguante las altas temperaturas como la lubina, dorada o besugo.
- Si prefieres freírlo, opta por piezas pequeñas, sécalas bien y enharínalas. Los idóneos: los boquerones, sardinas o salmonetes.
- Para rebozar, lo mejor, son aquellos con una carne más blanda como la merluza o bacalao (mira esta receta: Palitos de pescado empanado).
- Y si decides hacerlo al papillote, los que mejor resultado dan son los más grasos: salmón, caballa o atún (mira esta receta: Merluza en papillote con espárragos trigueros).
NO SE TIRA NADA: Del pescado se puede aprovechar todo. Usa las raspas y cabezas para un fumet, la piel para aperitivos crujientes, y las huevas, alíñalas.
A la hora de elegir pescado, exige el sello de origen y opta por productos con un compromiso con el medio ambiente. El sello Crianza de Nuestros Mares es un distintivo que garantiza el origen nacional, calidad y frescura, además de una forma sostenible de cría y pesca.
El mejor acompañamiento del pescado
Sirve el pescado blanco con patatas, ajo, aceitunas, perejil o tomates. El pescado azul, por el contrario, estará más sabroso si lo cocinas con limón, pepino, menta o eneldo. Servido con una buena ensalada será un plato completo.
Control del aceite
Cuando cocines algún pescado azul como el atún, la sardina o el salmón usa muy poco aceite, pues este tipo de peces son grasos y sueltan aceite con el calor. Pon unas gotas y ¡listo! Elige siempre uno de oliva suave, de acidez 0,4% para no restar sabor al plato.
LA PIEL DEL PESCADO: No la retires antes de cocinarlo pues ayuda a retener los jugos del pescado e intensifica su sabor. Además, crujiente está ¡deliciosa!