Solo es recomendable en algunas ocasiones.
Hay productos, que por su composición, son más sensibles al proceso de congelación.
La leche se puede congelar, pero debe ser de forma rápida, evitando que se formen grandes cristales de hielo, que provoquen que al descongelarla se cuaje y se estropee.
El yogur puede estar dos meses congelado y aunque su textura no será la misma, mantendrá vivos los fermentos para utilizarlo después.
En cuanto a los quesos, dependerá de su textura y cantidad de agua. Cuanto más fresco sea, menos aconsejable será congelarlo.
- No lo hagas con el queso de burgos, la mozzarella o mascarpone.
- Los quesos semicurados, tipo gouda, gruyère o edam son los que mejor soportan este proceso, mostrando un aspecto casi perfecto.
- Y los semicurados, tipo manchego o mahón, se conservarán bien, pero perderán algo de su aroma y sabor.