La congelación nos permite guardar alimentos durante un periodo más
largo, organizar mejor nuestro tiempo, ahorrar dinero y unirnos al movimiento “desperdicio cero”. Para conseguir una conservación óptima, ten en cuenta estos aspectos.
Precauciones. Comprueba que tu congelador alcanza los -18º C. Guarda los productos lo más rápido posible, para que no se rompa toda la cadena del frío.
Conservación. Mételos en recipientes bien herméticos y extrae todo el aire que sea posible comprimiendo el envase y aspirando con una pajita, para evitar que se oxiden.
Evita congelar productos como los huevos enteros, las patatas guisadas o cocidas, los fritos, recetas con nata, mayonesa o salsas emulsionadas, el pepino,
la lechuga y otras muchas verduras si no se blanquean antes en agua hirviendo.
A BUEN RESGUARDO
Los alimentos deben estar siempre bien empaquetados, para evitar la abrasión por congelación. Guarda en recipientes herméticos o bolsas de congelación en porciones individuales y en el formato en el que lo vayas a consumir, sin rellenarlos del todo.
Etiqueta cada envase con su contenido y fecha de congelación.
PESCADO
Para congelarlo, hay que limpiarlo y retirar vísceras y ojos. Algunos mariscos, como centollas, nécoras o camarones, tienen que cocerse primero.
CARNE: ADIÓS A LA GRASA
Antes de guardar la carne en el congelador, córtala en porciones, para conseguir un congelado más homogéneo. Retira la grasa exterior ya que se enrancian y se estropean con mayor rapidez que el resto de la carne. Guárdalo bien tapado en el primer cajón del congelador.
FRUTA... EN CORRECTO ESTADO
La fruta que vayas a congelar debe estar fresca y en su mejor momento de maduración. Para que se congele más rápido y luego la puedas manejar mejor, lávala bien, pélala y córtala en trozos pequeños. Frutas como manzana o membrillo, cuécelas para evitar que se oxiden.
PARA DESCONGELAR
Carnes o pescados ha de hacerse poco a poco en el frigorífico. Mariscos, verduras y hortalizas pueden echarse en agua hirviendo directamente.