Lo que debes saber para tener tus plantas de interior fuertes y sanas
Te contamos qué hacen los que saben de plantas para que tu jardín interior sea clavadito a aquel con el que sueñas.

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Aprovecha que en los meses más fríos estás más tiempo en casa para crear ese jardín en macetas tan ideal que viste un día en redes. Elige verdes resistentes, como monsteras, kentias, arecas, chamaedoreas, filodendro, sansevieria, potos, cintas, pero también plantas con flores como ciclamen, pensamiento o viola, rosal mini y prímula para dar color al frío.
Pero claro, no todo es correr al vivero o la floristería, comprar, volver a casa y poner todas las plantas en el rincón que habías pensado. Ojalá fuera así de fácil. Las plantas necesitan algo de atención.
El cuidado de las variedades de interior se aprende con el tiempo.
Nadie nace sabiendo todo sobre las plantas. Pero, ¿por qué parece que algunas personas nacieron para tener terrazas y balcones llenos de hojas vigorosas? La razón es que saben bien qué necesitan sus plantas. Y aún así, seguro que más de una vez algo no salió como esperaban. Veamos los tres factores esenciales en el cuidado de ellas que te pueden llevar hacia el éxito: luz, temperatura y riego.
¿Cuánta luz puedes ofrecerles? En función de tu respuesta, elige o descarta plantas que viven con luz solar directa y abundante, semisombra o sombra. Puede que una planta esté como apagada en los días más cortos de invierno. Prueba a cambiarla de lugar para que reciba más luz o prueba a elevarla un poco, sobre otra maceta invertida por ejemplo, para que así le llegue más luz. Si sus hojas adquieren un verde más intenso, es señal de que habrás acertado.
Las plantas son muy sensibles a los cambios bruscos de temperatura y a las corrientes. Evita colocarlas cerca de un radiador/aire acondicionado. Coloca humidificadores en los radiadores. Ten cuidado cuando ventiles las habitaciones, tal vez esos diez minutos de ventilación con aire frío directo no les sienten bien. Si algunas están justo en el pasillo imaginario que recorre la corriente, no abras tanto la puerta de la terraza o la ventana, déjalas semiabiertas o abiertas hacia arriba si su apertura es oscilobatiente.
Averigua con qué frecuencia debes regar cada planta. Cada especie tiene unas necesidades de riego y, si lo haces en exceso, enferma. El truco para saber si precisa agua: hunde el dedo unos 3-4 cm en la tierra de la maceta; si a esa profundidad notas que esta húmeda, no debes hacer nada. Utiliza agua templada y, en general, mejor en una regadera de cuello largo y fino para que llegue bien al sustrato; hazlo alrededor de la base de la planta para que la tierra se hidrate de una manera uniforme. Te irá bien si recuerdas esto: humedecer el sustrato sí; empapar, no.
¿Abono sí o no? Respecto a este punto, en general, no es aconsejable abonar las plantas de interior en periodos de reposo vegetativo. Pero hoy existen un tipo de abonos o complementos para ellas a base de concentrados de algas que ayudan al desarrollo de la raíz y nutren a la planta sin modificar su época de reposo. Se pueden aplicar en gel sobre el sustrato para que la planta lo vaya absorbiendo o diluir en el agua de riego siguiendo las indicaciones del fabricante.