El frío viene de la mano de las botas, el calzado favorito del otoño y el invierno. No suelen venir en un único par y suelen acompañarse un par de modelos para poder lucir estilos diferentes. Todo ello se traduce en la misma pregunta, otoño tras otoño: ¿dónde las guardo?
El armario suele ser la ubicación común para guardarlas pero por desgracia, la gran mayoría no dispone de un vestidor lo suficientemente amplio como para poder guardarlas como si de un mostrador se tratase.
Las soluciones de almacenaje se hacen entonces necesarias. Para no estropearlas, te recomendamos que mantengas su forma introduciendo papel de periódico arrugado en el interior y las coloques de pie.
Puedes optar por colocar una barra de cortina de ducha pequeña entre dos muebles y ubicar allí tus botas, colgadas con perchas con pinzas. Una solución útil para mantenerlas en perfecto estado.
También puedes guardarlas en originales zapateros a base de estructuras de madera o metal en vertical en los que ubicar cada pieza y que no pierdan su forma.
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Por supuesto, la mejor solución pasa por adaptar el armario o vestidor a este tipo de calzado con soluciones específicas en las que incluirlas durante todo el año. De esta forma, durarán más tiempo y, el invierno que inviertes en una solución útil de almacenaje, lo ahorrarás después en comprar modelos nuevos cada dos por tres porque se hayan deteriorado tras haberlas guardado de forma incorrecta.
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Y si prefieres una opción más sencilla para colocar, por ejemplo, en el recibidor de casa o mudroom...
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