Los suelos de gres o los de sobra asentados suelos de porcelana o cerámica entrañan un proceso de limpieza concreto que debes conocer para que no te vuelvas loca intentando limpiarlos para que queden como el primer día con métodos que no son los correctos.

Pasar la fregona y que se noten después las pisadas o las manos o que se queden empañados es normal si no empleas lo correcto.

Si te asusta la limpieza después de su instalación en una reforma, procura utilizar siempre un producto de final de obra adecuado. De este modo, todos los restos de cemento o yeso desaparecerán con facilidad y lucirán un aspecto brillante y limpio perfecto.

Sin embargo, ¡cuidado! Estos productos suelen contener un gran número de químicos tóxicos muy fuertes y, aunque son buenos desincrustantes, existen otras soluciones menos agresivas para la piel y para los propios acabados (ayunos dañan el acero o aluminio). Asegúrate antes de su composición y, sobre todo, que sean productos específicos para los acabados porcelánicos.

Para utilizarlos, quítate la idea de la cabeza de que cuanto más utilices, más limpio quedarán. Todo lo contrario. Las grandes cantidades crean capas superficiales donde quedan todas las huellas (al igual que si utilizas productos no específicos). Así pues, en un recipiente de agua limpia y tibia diluye una proporción de 1/5 de producto concentrado o un tapón pequeño si no es concentrado. Extiende la mezcla por el pavimento o pared con un estropajo verde con cuidado de no arañarlo y deja actuar unos minutos. Tras esto, frota de forma ligera con un cepillo blando y seca con papel absorbente. Aclara todo con agua abundante. ¡Verás resultados al momento!