Ideas, consejos y tendencias en alimentos que nos acompañarán el resto de la vida.
Con un alto valor nutricional, un impacto medioambiental bajo y accesibles. Así deberán ser los alimentos si queremos que los más de 10.000 millones de personas que se esperan para 2050 puedan comer sin destruir el planeta. -Ivoro, el primer Centro de Innovación Alimentaria en España, nos lo cuenta. ¿Listo para abrir mente y boca?
Queridos insectos: Son abundantes, fáciles de encontrar, se reproducen con extrema rapidez y sobreviven en los climas más adversos. Nos aportan proteínas, hierro y fósforo.
Carne de laboratorio: Se creará a partir de células madre animales, con el mismo sabor que la de estos, pero en un entorno seguro para la salud y con menos emisiones de gases de efecto invernadero que la ganadería actual.
Algas, tan nutritivas: Sobre todo, la nannochloropsis. Proliferan en la naturaleza, producen más de la mitad del oxígeno del planeta y son ricas en nutrientes. Se tomarán en polvo, como aceite o a modo de mantequilla.
Legumbres for ever: Fantástica fuente de fibra, proteínas y vitamina B. En especial las judías adzuki, que necesitan menos agua para su producción, y las lentejas, cuya huella de carbono es 43 veces menor que un entrecot.
Deme un par de cactus: Serán indispensables para almacenar agua en zonas áridas. Aportan fibra, aminoácidos, carotenoides y vitaminas C y E.
Cereales y granos: Pero diferentes al arroz, el maíz y el trigo, para mejorar la salud de la tierra. Mayor valor nutricional tendrán el trigo sarraceno —sin gluten, se recolecta tras 8/12 semanas de cultivo—, el amaranto y la quinoa.