Regresar de las vacaciones es como entrar de nuevo en el mundo. En ese mundo en el que teníamos una rutina que se paró durante un periodo de relax y que ahora, debemos retomar. Este cambio incide especialmente en la alimentación. Tenemos menos ganas de cocinar, menos creatividad, menos tiempo, todo parece ir más lento… y eso hace que comamos más fuera de casa. Que hagamos uso de las comidas rápidas y poco saludables.
Para evitarlo, el primer paso será esforzarnos en buscar esos platos y lugares en los que las recetas se adecúan a nuestra dieta de vuelta. Esos bocados que respeten nuestros hábitos saludables para alimentarnos adecuadamente y ayudar también a nuestra mente, a través del organismo, a volver a la rutina de forma feliz.
Selecciona menús frescos, ligeros y saludables sobre todo en esos días de calor en los que parece que el verano se burla de nosotros.
Ensaladas, gazpachos, pescado fresco, carne a la plancha, verduras salteadas… Es posible, créenos.
Diana González, de Bendita Locura Coffee&Dreams (Príncipe de Vergara, 73, Madrid), nos recomienda varias claves para recuperar el ánimo (y la figura) a través de la comida:
"Podríamos empezar la comida con un primer plato diferente". Por ejemplo, un salmorejo con toque de remolacha y anchoa o virutas de jamón (uno de los platos estrella de su restaurante). La remolacha es un alimento perfecto que ayuda a desintoxicar el cuerpo eliminando toxinas y previniendo la acumulación de depósitos grasos. Además aumenta la producción de serotonina, lo que nos ayudará a rendir y dormir mejor, refuerza el sistema inmune y ayuda a mantener la presión arterial a raya.
(Plato de Cous-cous de Bendita Locura Coffee&Dreams)
Otra clave es elegir como segundo un plato frío saludable. Por ejemplo, el salmón marinado. Al ser rico en omega 3 y 6, combate la presión arterial alta, previene la acumulación de colesterol en las arterias y reduce la inflamación del cuerpo. Además, tiene propiedades antioxidantes y es una excelente fuente de proteínas.
¿Y de postre? Apuesta por tés helados, como el de limón y pepino o limón y saúco. Las infusiones, si se toman después de comer, ayudan a mejorar la digestión y a encontrar una sensación de saciedad sin añadir calorías a la comida y sin sentirnos pesados. Entre ellas, están especialmente recomendadas las que contienen sustancias excitantes como la teína o la cafeína, por ejemplo el té en todas sus variedades, ya que aceleran el metabolismo permitiendo que el proceso digestivo sea más rápido también.