Pasa una divertida tarde DIY con tus hijos recortando siluetas de cartulina en diferentes tamaños, recupera de su cuarto algún conejo de peluche que, seguro, tienen. Y para que la familia Bunny esté al completo, no te olvides de los textiles. ¡Tu casa se convertirá en una improvisada madriguera!
MATERIALES:
- Un camino de mesa blanco de 50 cm de ancho aprox.
- Pintura textil negra.
- Cartulina negra.
- Palillos de brocheta.
- Pincel y rodillo.
- Tijeras.
- Pegamento en aerosol.
- Tiras adhesivas de doble cara.
- Pompones blancos.
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Para que el motivo quede perfectamente dibujado en la tela, repasa primero con un pincel la silueta de la figura; así delimitarás mejor su contorno. Utiliza después el rodillo para rellenar el interior. En lugar de pintura, también puedes utilizar papel transfer y pasar el dibujo al tejido con la plancha.
Busca en Internet plantillas de siluetas de conejos en distintas posturas. Imprímelas y pégalas sobre la cartulina negra dejando la misma distancia entre ellas. Recórtalas y reserva las siluetas de cartulina para hacer luego otra manualidad.
Coloca la cartulina con las siluetas troqueladas sobre el mantel. Fíjala, si quieres, con cinta de carrocero para evitar que se mueva. Impregna el rodillo de tinta negra y pásalo por los huecos hasta que queden bien pintados. Deja secar.
Levanta la plantilla y cose o pega sobre cada conejo un pompón, a modo de rabito. Vuelve a colocar la plantilla en otra zona del mantel y repite la operación tantas veces como quieras que los conejitos se multipliquen a lo largo de la tela.
Coloca dado o tira adhesiva
Reúne las siluetas recortadas anteriormente. Coge un palillo de brocheta y pégalo en mitad de una silueta de cartulina. Coloca en cada uno de los cuatro extremos un dado o una tira adhesiva.
Pegado de segunda silueta
Pega una segunda silueta por detrás de cada cartulina. Ten cuidado de que casen a la perfección. De esta manera, lograrás que el palillo no se vea.
Ya tienes tu adorno de conejo terminado. Colócalo donde te apetezca: en una maceta, en un jarrón, solo o acompañado, o formando parte de un espectacular centro de mesa, como en la imagen, a juego con el mantel.
Trío de brochetas: decora tus macetas de interior con un gracioso trío de conejos pegados en palillos de madera, de los que se usan para hacer brochetas. Elígelos en distintas posiciones, sentados sobre sus patas traseras o a punto de emprender una carrera. Pínchalos en la tierra evitando dañar los tallos de la planta. Coloca la maceta en el comedor a modo de centro. ¡Ideal!
Maceta con flores silvestres
Dúo inspirador: si la consola de la entrada te parece algo vacía, nada mejor que alegrarla con una maceta de delicadas flores silvestres. Y para darle el toque de Pascua, adórnala con unos pinchitos de conejos amorosos. El vestíbulo parecerá otro con esta divertida pareja tan bien avenida.
Jarrón de rayas horizontales
Un jarrón exclusivo: cambia la imagen del florero de toda la vida pintándolo a rayas horizontales. Continúa el juego bicolor con el sutil contraste de un clásico ramo de rosas blancas y un curioso conejo trepador.
Multiplicados: en la mesa, en las macetas ¡y hasta colgados de la estantería!, como en la imagen. Pega unas tiras adhesivas detrás de las siluetas y fija conejos de cartulina allí donde quieras: en la pared, en los rodapiés del salón, en el espejo del baño, en el frigorífico... ¡Es una invasión!
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