Suelos de color

¿Estás harta de ese antiguo parqué que entristece el ambiente? Ponte manos a la brocha y consigue un pavimento del color que más te apetezca, sin reforma ni obras.

salón con suelo azul
Hearst
1 de 6
Un suelo a todo color

Para elegir el tono del suelo, ten en cuenta el acabado de los muebles más voluminosos: librería, aparador, mesa de centro... Si son de madera, destacarán mejor sobre un suelo blanco o gris perla. Si los muebles son blancos, reálzalos con un suelo turquesa, celeste, pistacho o, incluso, fucsia.

2 de 6
MATERIALES

- Imprimación Todoterreno.
- Esmalte de color azul.
- Cubeta para la pintura. Todo, en Leroy Merlin.
- Cinta de pintor.
- Rodillo.

3 de 6
Paso 1: Protege las paredes con cinta

Coloca la cinta de pintor alrededor del rodapié a lo largo de toda la habitación. Así protegerás las paredes de brochazos y salpicaduras de pintura. Mientras la colocas, presiona sobre todo en la zona más próxima al rodapié para evitar posibles filtraciones.

4 de 6
Paso 2: Aplica imprimación

Aplica la imprimación tanto en el suelo como en el rodapié. Conviene que primero viertas la imprimación dentro de la cubeta. Moja la brocha y ruédala por la zona de escurrido antes de pintar el suelo. Es una excelente forma de prevenir los goterones.

5 de 6
Paso 3: Aplica el esmalte

Una vez que la imprimación se haya secado, es el turno del esmalte. Asegúrate de que la cubeta está vacía antes de verter en ella la pintura azul, de lo contrario, el tono final será irregular y pálido. Aplica una mano homogénea por todo el suelo.

6 de 6
Paso 4: Pinta el rodapié

Por último, pinta el rodapié. Insiste, sobre todo, en el encuentro con el suelo, para que no quede ninguna línea sin cubrir que delate el acabado original de la madera. Cuando la pintura esté bien seca, aplica una segunda mano en el suelo y en el rodapié.

Publicidad - Sigue leyendo debajo