Un tarjetero artesanal

Le hemos dado una segunda oportunidad a la tapa de un cubre radiador y la hemos convertido en un original buzón donde depositar todos nuestros buenos deseos.

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Un tarjetero muy navideño

Junto al árbol, este tarjetero te dará mucho juego. Y cuando terminen las fiestas, cambia su ubicación y dale otros usos: por ejemplo, en el recibidor, para depositar las cartas o frente al escritorio, para tener a la vista avisos o los dibujos de tus peques. Casita (7,99 €) y corazón (8,99 €), de Leroy Merlin.
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PASO 1: Lija y pinta la madera

Coloca sobre una mesa un trozo de papel de estraza para evitar mancharla, lija suavemente la puerta y píntala con la brocha. Nosotros le hemos dado una ligera capa de pintura rosa.
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PASO 2: Efecto envejecido

Cuando se haya secado, aplica sobre los listones unos brochazos de pintura gris de forma un tanto irregular. Puedes darle también ligeros toques de pintura en los laterales. Con esta técnica lograrás que la puerta tenga aspecto envejecido.
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PASO 3: Forra el fondo

Una vez seca la puerta, colócala boca abajo, corta la arpillera del mismo tamaño y grápala por detrás. Para ello, fija la tela no solo por los bordes, sino también por los listones; de esta manera evitarás que las tarjetas se cuelen por los huecos.
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PASO 4: Cuelga el tarjetero en la pared

Clava en los laterales de la parte superior de la puerta un par de tachuelas y ata en ellas la cuerda que servirá para colgarla de la pared. Haz un nudo fuerte para que resista el peso. Decora el marco, si quieres, con alguna tachuela suelta.
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MATERIALES

- La puerta vieja de un cubre radiador.
- Pintura acrílica al agua.
- Lija y brocha.
- Arpillera.
- Grapadora de tapicero.
- Tijeras.
- Tachuelas.
- Un trozo de cuerda.
- Papel de estraza o periódico.
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