1. Renovar revestimientos
Son palabras mayores, obra asegurada. Polvo y limpieza. Pero merece la pena. Llegado un momento, nuestra casa necesita cambiar la piel y los revestimientos son la base que da equilibrio a todo el conjunto. Azulejos de cocina y baño e, incluso, el suelo. Los baldosines siempre son más engorrosos de cambiar, pero según el tipo de suelo que te guste puede estar listo en una tarde. El resultado siempre merece la pena y puedes aprovechar para seguir las tendencias del momento aunque siempre con medida, ya que los azulejos se quedarán una temporada larga en casa.