Suelos como nuevos
Es cierto que los revestimientos de madera natural embellecen con el paso de los años, incluso, que los arañazos y zonas más gastadas les conceden personalidad propia.
Esto sucede si el mantenimiento es el correcto: a diario se debe pasar la mopa o el aspirador con el accesorio adecuado, y realizar una limpieza completa al año. Para ello pasa la fregona con agua caliente, jabón neutro y un producto especial para reavivar el brillo natural.
Suelos laminados. Su acabado, resistente al desgaste e impermeable, permite fregar este tipo de suelos casi como si fueran cerámicos. Eso sí, debe hacerse con la fregona muy bien escurrida ya que, aunque la superficie resiste el agua, ésta se puede filtrar por las juntas y hacer que el material se deforme.
Suelo de parqué, de la firma Quick-Step.