Pasos para una tabla de quesos
- Sácalos antes de la nevera. Al menos media hora para potenciar su aroma. Consérvalos en sus envoltorios y no los abras hasta que se vayan a comer.
2. El corte preciso. Los curados, como el manchego, se cortan en cuñas triangulares. Los quesos cremosos, por ejemplo el brie, se presentan enteros para que cada uno se ponga lo que desee. Y los duros, como el parmesano, se rompen en lascas.
3. Sabores diferentes. La tabla debe incluir de todos los tipos, que se degustarán de más suaves a más intensos: fresco, de pasta blanda untables y con moho exterior —como el camembert— de pasta dura y queso azul.
4. Acompaña con frutos secos. Nueces y avellanas son perfectas para separar aromas entre dos tipos de queso distintos. Pasas, castañas, higos y dátiles potencian el sabor de los curados.
5. La presentación ideal. Puedes servirlos con fruta fresca: uvas, manzanas, grosellas, frambuesas… Las más ácidas quedan deliciosas para tomar con el queso de cabra. Otra opción es añadir notas de color con tomatitos cherry, rábanos o tiras de zanahoria.
6. ¿Qué tipo de pan? Lo ideal es poner blanco, regañás, picos, de cereales… El de centeno hace buena pareja con el queso de cabra; el de nueces, con azules y semicurados; y el de pasas, con los muy curados.
Información, de www.delivinosweb.com, donde encontrarás quesos variados.