Con la presencia del calor, las comidas se vuelven más ligeras y el cuerpo nos pide, sobre todo, líquido a cualquier hora. Aprovecha la ocasión para incluir en la dieta diaria más verduras y frutas. En definitiva, para comer mejor. No solo repercutirá en tu salud, sino que harás que tus hijos incorporen estos alimentos de forma paulatina y natural.
Los niños actúan por imitación y, si se acostumbran a ver el frutero lleno de piezas variadas y las incluyes en el desayuno, el postre o la merienda, posiblemente ellos harán lo mismo. Si ahora, que disfrutan de sus vacaciones, se pasan la mayor parte del día en la piscina, sugiéreles, entre chapuzón y chapuzón, un tentempié a base de manzanas, melocotones o rodajas fresquitas de melón o sandía.
De esta forma estarán hidratados y conseguirás que poco a poco se aficionen a comer productos saludables y a desterrar alimentos procesados y azucarados, cuyo abuso no les hace ningún bien. Este verano podéis hacer un ranking familiar para ver quién es el que come más fruta y el que gane ¡tendrá premio asegurado!
FOTO: COLIN ANDERSON/GETTY IMAGES.