En zonas montañosas, con fuertes nevadas, el tejado debe seguir una inclinación muy acusada para facilitar que la nieve se deslice y que no se deposite sobre la cubierta, hundiéndola.
Esta peculiaridad se traslada al interior de la vivienda, con vigas de cálida madera que casi rozan el suelo y un entrevigado de lamas, también de madera. A pesar de su pendiente, este tipo de techos admite la instalación de ventanas de tejado, tipo Velux, bien selladas.