Cuando no hay nada que ver
Aunque las vistas sean poco interesantes, como un patio interior, un cerramiento siempre ofrecerá una entrada extra de luz natural. La solución consiste en elegir cristales translúcidos, que oculten lo que hay detrás. Como el paisaje no merece nuestra atención, es el cerramiento el que se convierte en punto focal con un diseño atractivo. Aquí, la interiorista Bárbara Aurell optó por una estructura de suelo a techo con cuarterones de hierro horizontales.