En zonas de agua, como el cuarto de baño o la cocina, la madera natural corre el riesgo de abombarse y pudrirse, salvo que haya sido tratada contra la humedad.
Los suelos porcelánicos presentan acabados que imitan diferentes maderas, pero tienen una porosidad extremadamente baja que les hace inmunes a la acción del agua. No son tan agradables al tacto como la madera natural, pero resisten la abrasión y los productos de limpieza. Porcelánico Ipeker, de Trentino. Disponible en piezas de 20 x 60 cm, 15 x 60 cm y 12 x 60 cm (desde 102,66 €/m2).