¿La clave? Los pequeños hábitos. Mantenerse constantes de forma temporal y estacional es fundamental para que tu casa esté siempre en perfecto estado. Esas palizas de limpieza podrían terminarse si comienzas desde hoy mismo.
¿Qué hacer a diario?
Junto a hacer la cama o pasar la mopa o el cepillo de barrer, otras tareas como limpiar la encimera con desinfectante que puedes tener siempre a mano, limpiar el fregadero (¡es un hervidero de bacterias!), sacar al basura y hacer una limpieza exprés del baño ayudarán, y mucho, en tu tarea semanal.
Cada semana…
Recuerda limpiar los electrodomésticos, hacer una limpieza más a fondo del aseo y espejos, eliminar el polvo que se resista durante la semana, cambiar las sábanas de la cama, pasar la aspiradora al menos una vez (¡se nota!), fregar el suelo y hacer la colada. Una lista sencilla que ayudará a que, mensualmente, las tareas sean menos duras.
Al mes
Cada mes es recomendable hacer una limpieza a fondo de horno y microondas. Tampoco está de más limpiar el interior de los muebles de la cocina así como las juntas de azulejos, polvo de lámparas, interruptores y pomos de puerta. Con el aspirador, cada mes es aconsejable limpiar la suciedad de las rejillas del aire acondicionado y los raíles de las ventanas, así como la limpieza de los cristales. Y por supuesto, no te olvides de limpiar a fondo el cubo de la basura.
¿Y cada estación?
Si, con el cambio de estación también hay cosas que deberías hacer por la limpieza y el orden de tu hogar.
- Limpiar y ordenar la despensa y el frigorífico
- Limpiar a fondo los armarios y la colada de la ropa de cama como las mantas y edredones.
- Por último, algo útil: recicla o dona aquello que no hayas utilizado en tres meses.
Un hogar limpio es un hogar feliz.