Cuando no tienes mucha idea sobre productos de limpieza y llegas al supermercado, lo más natural es sentirse abrumado ante tantas opciones. Limpiadores en spray, en polvo, en crema... ¿Cuáles son mejores?
Descuida, en este tema descubrirás cómo elegirlos en función de tus preferencias y necesidades. Y es que los gustos son determinantes a la hora de decantarse por un tipo u otro de producto de limpieza. Hay personas que no soportan los sprays, y hay otras que no pueden vivir sin ellos porque les resultan comodísimos.
Es cierto que determinadas formulaciones son más aptas para algunas zonas y tipos concretos de superficies.
PRODUCTOS DE LIMPIEZA EN POLVO
¡Cuidado! Antes de utilizar un limpiador en polvo, has de saber que suelen ser más abrasivos que los productos de limpieza estándar. Por eso mismo, están indicados para zonas que necesiten una limpieza profunda.
Este tipo de limpiadores deben mezclarse con agua para dar lugar a una pasta. Además, suelen ser más baratos.
Puedes utilizarlos para eliminar la suciedad de la bandeja del horno, o en la parte externa de las ollas y las sartenes. También en la zona de la ducha y la bañera.
SUPERFICIES INCOMPATIBLES CON LIMPIADORES EN POLVO
Evita utilizar limpiadores en polvo en áreas delicadas y en materiales como la porcelana o el acero inoxidable. Podrías rayarlas con las partículas abrasivas.
PRODUCTOS DE LIMPIEZA EN CREMA
Los limpiadores en crema son igual de efectivos que los limpiadores en polvo, pero no resultan muy abrasivos. Te ayudarán a limpiar paredes y otras superficies verticales donde los productos en polvo no se adhieran (cosas de la gravedad 😜).
Se recomiendan para limpiar zonas como el baño, tanto el inodoro como los azulejos o el lavabo, ya que su textura aguanta más que los productos líquidos.
Además, como este tipo de productos ya vienen diluidos, correrás menos riesgo de inhalar partículas tóxicas (a tener en cuenta si padeces afecciones respiratorias).
PRODUCTOS DE LIMPIEZA EN SPRAY
Asumámoslo, los limpiadores en spray son los más cómodos, y como cubren superficies más amplias e incluso llegan a los rincones más difíciles (como grietas o esquinas), son idóneos para usarlos en el día a día.
Eso sí, si vas a optar por este método, vigila con las superficies de madera o metal, ya que podrían sufrir con la humedad de una exposición continuada al producto.