Estos elementos de limpieza, siempre, SIEMPRE, almacenan todo tipo de gérmenes. Al fin y al cabo, son los que se encargan de eliminarlos de otras superficies… No por ello hay que olvidarlos. Antes de tirar al primer uso tu estropajo y prácticamente a diario, es recomendable que los desinfectes para evitar problemas.
Este truco es rápido y efectivo.
Para hacerlo, primero lava y enjuaga a fondo el estropajo con agua caliente en la pila de la cocina.
Después, mételo en el microondas durante tres minutos, sobre un plato o superficie adicional.
Deja enfriar después unos minutos y cuando la saques del microondas, ¡adiós bacterias! El calor las elimina de forma inmediata y, lo mejor, tu estropajo estará seco y listo para el siguiente uso con olor a limpio.