Las zonas comunes, amplios y confortables salones, cuentan con chimeneas con el tiro encalado.
En su decoración se recuperaron muebles procedentes de casas de campo y heredados, como la mesa de centro de este salón, donde siglos atrás se amasaba el pan. En el techo, las vigas de madera pintadas en blanco sostienen un entrevigado de cañizo.