Qué mejor emplazamiento para aislarse del mundanal ruido que una antigua aldea de agricultores; esto, y mucho más, es lo que ofrece Aldearoquetas. Un hotel fuera de lo común que reparte sus 18 suites a lo largo y ancho de un pueblecito de piedra, ubicado en la provincia de Castellón, y deshabitado desde los años 20. Estos datos son suficientes para imaginar el magnético encanto de este espacio, que bien podría ser ese lugar soñado por todos, donde descansar y dedicarse tiempo a uno mismo o a la pareja. Aquí no hay televisión ni teléfono —aunque tampoco son necesarios—, sólo una naturaleza prodigiosa que lo envuelve todo.
En contraste, en el interior de cada edificio —decorados por Juan Antonio Pascual—, destacan los ambientes relajantes de aire actual; aunque, curiosamente, realizados con materiales típicos de la comarca: piedra, madera, teja… La mejor muestra de ello son los baños, en los que conviven sanitarios de diseño con revestimientos de piedras naturales. Como no podía ser de otra forma, el mobiliario fue escogido con mimo; pieza a pieza fueron encajando unas con otras a lo largo de los tres años que duró la rehabilitación. Otra de las tentaciones de este singular retiro tiene mucho que ver con el paladar. Aldearoqueta cuenta con una oferta gastronómica de calidad, basada en la cocina mediterránea y los productos locales, entre los que, en breve, se incluirán los ecológicos de su propia huerta.
ACTIVIDADES
- Merece la pena visitar Morella, ciudad amurallada, declarada monumento artístico de la humanidad.
- Pero si lo que se busca es acción, nada como perderse en Saltapins, un circuito de aventura con pruebas de montaña en pleno bosque.
- Para descansar recomendamos el balneario y las aguas minerales de Benasal y, por supuesto, las numerosas playas de la provincia de Castellón.
Dirección: Mas d’en Roqueta, s/n, Culla (Castellón).
Telf.: 964 762 195.
Página web www.aldearoqueta.com
Habitaciones y precios: Dispone de 18 suites repartidas por la aldea, cuyo precio varía en función del tamaño: júnior, 160 €; estándar, 175 €; senior 200 €; y gran suite, 272 €. El precio de todas las habitaciones incluye desayuno y cena para dos personas.
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Cada casita de la antigua aldea es ahora una habitación.
Gracias a esta organización del espacio, todas cuentan con salida directa al exterior y con un pequeño porche o terraza para uso privado de los huéspedes.
El comedor se divide en dos pisos muy bien diferenciados.
La planta baja, con unas vistas espectaculares, está concebida para disfrutar de los desayunos. El piso de arriba dispone de un comedor más formal, donde se sirven las comidas y cenas. Las sillas son un diseño de Mario Bellini.
Todas las suites disponen de una zona de estar.
Este rincón pertenece a la habitación El Observatori; está formada por dos confortables sofás, de Temas V, mesa de centro y una librería de obra con la chimenea integrada. El flexo de pie, modelo Tolomeo, es de la firma Artemide.
Entre otras zonas comunes el hotel cuenta con un acogedora biblioteca
dividida en sala de lectura, con una estupenda librería de obra con estantes de madera, y zona de estar. Sillas diseñadas por Bellini. Lámpara roja, de la firma Santa & Cole.
Cada habitación está identificada con una placa en la puerta.
Como son casitas independientes, cada una se bautizó con el nombre de la antigua calle y el número donde se hallaba. Eso es lo que figura en las placas, diseñadas por Javier Mariscal con dibujos inspirados en las aves.
En esta habitación, denominada El Mirador, se conservó uno de los muros de piedra originales.
En lugar de un cabecero cuenta con un murete de obra, que se aprovechó para exhibir dos originales cuadros de piedras naturales. En primer plano, sala de estar decorada con muebles adquiridos en la zona.
Todas las habitaciones disponen de una confortable zona de estar.
El objetivo de los propietarios, lejos del tradicional concepto de hotel, es lograr que el visitante se sienta como en su propia casa.
Las habitaciones cuentan con terraza y porche, según la orientación de cada casita.
En la foto, vista de una de las terrazas con una mesita de hierro de Martell Diseño y sillas naranjas diseñadas por Javier Mariscal.
Algunas de las habitaciones tienen el cuarto de baño integrado en la zona de descanso.
Este espacio, bautizado como Pasaje 1, cuenta con un murete a media altura que hace las veces de cabecero y de elemento separador de la zona de lavabos. El inodoro y la bañera están ubicados en un pequeño cuarto contiguo dotado de una gran cristalera que deja pasar la luz natural.
La habitación El Observatori está distribuida como un apartamento.
Cuenta con vestidor, zona de despacho, cuarto de baño, salón y una amplia terraza con unas vistas espléndidas. La bañera está integrada en la zona de descanso.
Todavía quedan algunas casa en ruinas sin reconstruir.
Es parte del encanto de la aldea, un proyecto que nunca finaliza y que da al visitante la oportunidad de pasear y ver las construcciones tal y como eran antes.
Para llegar al hotel desde Castellón,
toma la autovía de La Plana (CV-10) hasta el final y desvíate por la salida 38, dirección Vilafranca, La Vall d’Alba o Vilafamés. A los pocos kilómetros rodearás la población de La Vall d’Alba, sigue en dirección Vilafranca, y pronto atravesarás el pueblecito de Els Ibarsos. Sigue por esa carretera y, a 4 km, verás a tu izquierda el indicador de Aldearoqueta (2,5 km).
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