Un hotel en los Pirineos
En Huesca, El Privilegio de Tena ofrece las comodidades de un hotel cosmopolita en plena montaña.

Situado sobre una ladera que domina el Valle de Tena, en la localidad de Tramacastilla de Tena —en el centro del Pirineo Aragonés—, la historia del hotel El Privilegio de Tena se remonta hasta 1470, cuando sus recios muros albergaban una abadía que luego se transformó en una casa solariega. Cinco siglos después, sus actuales propietarios, Juan Ignacio Pérez Ferrer y Anabel Costas Cativiela, decidieron transformarlo en un acogedor hotel que combinara una ubicación privilegiada —con macizos a su espalda como el Balaitus, de 3.151 m de altura, o el Arriel, de 2.886 m, y el más extenso conjunto de lagos del Pirineo aragonés entre sus cimas— con una decoración cosmopolita y unas instalaciones de alta calidad.
Con la asesoría del arquitecto Luis Serrano Castañer planificaron el proyecto en dos fases.La primera consistió en rehabilitar la abadía; para ello se respetó su estructura original, la fachada de piedra se pulió para recuperar su belleza y el interior se distribuyó en cinco habitaciones. Cada una de ellas recibió el nombre de algunos de los antiguos lugares que, quinientos años atrás, formaban el Valle de Tena: “Tramacastilla”, “Piedrafita”, “Escarrilla”, “Sandiniés” y “Quiñón de la Partacua”. En la segunda fase el hotel se amplió con un edificio contiguo inaugurado en diciembre de 2003 en el que se respetaron las características arquitectónicas de la zona, con muros de piedra, carpintería de madera y tejados de pizarra que se integran a la perfección en el entorno. Hoy el visitante puede elegir entre 28 habitaciones: 13 dobles, 9 dobles superiores abuhardilladas, 2 junior suites con salón y chimenea y 4 suites: “Abadía”, con chimenea y jacuzzi integrado en el salón, “Vista Ático”, con chimenea en el salón abuhardillado, “El Quiñón de la Partacua”, que además de salón con chimenea dispone de una sala de baño en el nivel inferior equipada con columna y bañera de hidromasaje independiente. Por último, la suite especial “El Privilegio”, situada en el ático, cuenta con 100 m2, acceso independiente y jacuzzi integrado en el salón desde el que se contempla el embalse de Búbal.
A la hora de decorar el hotel, los propietarios apostaron por materiales cálidos que soportaran las temperaturas extremas de la zona; por ejemplo, la carpintería exterior, incluidos los amplios ventanales, se realizaron con madera de iroco, y los techos abuhardillados se forraron con pino teñido. Además, se decidieron por muebles de diseño actual que, lejos de los típicos hoteles de montaña, hicieran sentirse a los huéspedes en un entorno acogedor con todas las comodidades de una vivienda urbana. A ello contribuyen los interesantes servicios que ofrece el hotel: desde carta de almohadas hasta posibilidad de canguro y cabina guarda-esquís, el spa recientemente inaugurado y las actividades que se organizan desde El Privilegio de Tena (esquí de fondo en las pistas de La Partacua, esquí alpino en Panticosa y Formigal, descenso de barrancos, rafting, espeleología, hidrospeed, canoa, quads, club naútico, paseos a caballo, ruta megalítica, etc.). Sin olvidar su deliciosa carta, con platos como el bacalao confitado o las carrilleras de vaca “Privilegio”. En resumen, una oferta muy tentadora que no se puede dejar pasar.