Belleza y calma en el hotel Mirabó

El hotel Mirabó de Valldemossa, en la isla de Mallorca, sorprende por su entorno natural y silencioso, y sus interiores, tan mimados y apacibles. Perfecto para olvidar el estrés, ofrece todas las comodidades.

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En Mallorca aún existen lugares recónditos en el interior de la isla, como el hotel Mirabó, situado en la Sierra de Tramuntana, en una finca que data del año 1500 y con vistas sobre el pueblo de Valldemossa. Uno de los responsables del mismo, Ignacio Ozonas, resume su historia: “Mi familia mantiene el lugar desde el XIX. Estuvo un tiempo sin habitar, y en la década de los ochenta, el arquitecto Luis García Ruiz lo reformó para convertirlo en vivienda”. Fue años después cuando se transformó en hotel.

Casi todos los miembros de la familia aportaron su granito de arena al proyecto: un refugio alejado del bullicio de las zonas de playa, donde el huésped pudiera sentirse como en casa. José Ozonas y Paola Oyarzábal diseñaron tanto los interiores como los exteriores, mientras que Carmen Ferrer se encargó de la decoración.

Lo tenían claro: crearían ambientes muy apetecibles, con rincones para perderse, absolutamente cómodos, bien equipados y en armonía con el idílico paraje natural. La complejidad de su distribución original —típica de las casas de campo mallorquinas— y la irregularidad de las paredes de piedra fueron los obstáculos iniciales. Los primeros pasos fueron adaptar la distribución al nuevo uso y potenciar el valor decorativo de la piedra.

El resultado son estancias amplias y luminosas, donde el interior se funde con el paisaje exterior a través de enormes ventanales. La decoración, basada en tonos crudos y texturas naturales, da una continuidad estética al conjunto. Fuera, en el jardín, la vieja alberca se restauró y acondicionó para el baño, y además, se realizó una segunda piscina rebosante.
VIDA NATURAL
El Hotel Mirabó de Valldemossa dispone de un restaurante exclusivo para clientes, con una carta elaborada con productos frescos según las recetas familiares y platos tradicionales de la cocina mallorquina. A ellos se añade una cuidada selección de vinos a precios asequibles.
El hotel también es un perfecto punto de partida para planear excursiones a pie o en coche gracias a su ubicación en plena Sierra de Tramuntana, su cercanía con Palma, la capital, y el maravilloso pueblo de Deià, con excelentes restaurantes.

Dirección: Carretera de Valldemossa, km 15,950, Valdemossa (Mallorca).

Teléfonos: 661 285 215.

Web: www.mirabo.es

Habitaciones: Dispone de 8 amplias habitaciones: casi todas tienen terraza privada y bonitas vistas al valle. En temporada baja (desde 140 €) y en alta (desde 180 €). Los precios incluyen IVA y desayuno. 

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Una de las piscinas del hotel

-hay dos- se proyectó para armonizar con el entorno de la Sierra de Tramuntana. Encinas, pinos y olivos centenarios formando bancales crean un paisaje idílico, que invita al relax. Tumbonas, de Indecasa.

La fachada de piedra del Hotel Mirabó

muestra la arquitectura propia del interior de la isla de Mallorca. Situado en una finca de comienzos del sigloXVI, en la localidad de Valldemossa, dispone de ocho habitaciones amplias, casi todas con terraza.

Las paredes de piedra

y la decoración, en tonos neutros, recrean el ambiente de una casa de campo. Esta zona de estar evoca la sencillez de la vida rural. Un sofá y unas butacas antiguas forman una zona de estar en torno a un baúl de barco. En las ventanas, las cortinas de loneta cruda ceden todo el protagonismo al paisaje.

Las vigas y paredes blancas potencian la claridad y aligeran visualmente los muros de piedra.

En la decoración del salón triunfan los materiales naturales cien por cien. Un cesto de mimbre de gran tamaño, utilizado como mesa de centro, y una alfombra de fibra, que delimita la zona de estar, evocan el trabajo artesanal e impregnan de tradición este ambiente. Cesto, de la firma Flamant.

Cada habitación, con una decoración diferente,

está equipada con todas las comodidades. En esta, donde el blanco impoluto crea un atractivo contraste con la piedra, el tabique de Pladur separa el cuarto de baño e integra dos armarios.

Los grandes ventanales de las habitaciones

ofrecen una panorámica de ensueño. Delante, dos mecedoras típicas de la isla renovadas con una loneta cruda.

En este baño,

el estilo moderno casa a la perfección con la arquitectura tradicional. La encimera del lavabo es de piedra de Santanyí. Bañera, de Hidrobox.

El porche

se acondicionó para disfrutar de agradables comidas con vistas al jardín. Una colección de bisagras antiguas decora una de las paredes y rememora el pasado de la casa. Los muebles, de hierro forjado, se adquirieron en un viaje a Marruecos.

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