Hotel La Finca Naranja
En la serranía de Ronda, en Málaga, el hotel La Finca Naranja incluye tres casitas independientes para disfrutar de la naturaleza en estado puro y con todas las comodidades imaginables.

La historia de la Finca Naranja es un relato de amor. Pero no de pasión y bandolerismo —como evoca el pasado de la serranía de Ronda, donde se ubica— sino de auténtica fascinación por la belleza de un paisaje singular. Su propietaria, la holandesa Conchita Kien, la descubrió hace ya casi cuatro años, cuando llegó desde Amsterdam para visitar a unos amigos afincados en Andalucía. El clima, la cordialidad de sus habitantes y la excelente gastronomía la decidieron a dar un giro radical a su vida y a trasladarse a la sierra de Ronda con sus dos hijas. No tuvo que buscar en exceso. La Finca Naranja fue la primera que visitó, y el enclave la sedujo de tal forma, que decidió comprarla de inmediato. La finca sólo tenía una casita de agricultores, que Conchita rehabilitó. Le resultó fácil: veinte años de experiencia como arquitecta en Bali le aseguraban un completo éxito.
Después decidió edificar dos casitas más y alquilarlas para quienes, como ella, buscan un refugio en plena naturaleza para olvidarse del estrés diario. Alrededor, las vistas van desde los campos de cultivo, que se extienden hasta el horizonte, hasta la piscina y el chill out donde entregarse a la pereza al aire libre. Conchita se encargó de diseñar cada casa para que el interior resultara tan relajante como el paisaje. Detrás de las fachadas de piedra natural —un recurso que permite integrar cada edificación en el entorno— encontramos habitaciones amplias, con enormes ventanales y techos altísimos debajo del tejado a dos aguas.
Cada casa dispone de cuarto de baño y de una práctica cocina. Las dos más amplias tienen capacidad para hasta cuatro personas pero, además, tienen chimena y un pequeño comedor. La decoración también se confabula para crear un ambiente reposado. La distribución del espacio refleja el buen hacer de la arquitecta con recursos tan atractivos como prácticos. Por ejemplo, los cuartos de baño quedan ocultos a la vista detrás de muros que hacen de cabecero. Y las dos camas situadas en el altillo de una de las casas, facilita a los espíritus aventureros la posibilidad de soñar con camarotes o cabañas realizadas en las cimas de los árboles. Los muebles, escogidos, se combinan con complementos traídos desde Bali para crear ambientes personales. También los sanitarios y los detalles elegidos para los cuartos de baño reflejan un mimo especial en la búsqueda de esa sensación de relax que Conchita quiere transmitir a los huéspedes. El silencio y la silueta de la serranía de Ronda recortándose en el ocaso, consiguen el resto.
OTRAS ACTIVIDADES
Merece la pena acercarse a la localidad de Ronda y asombrarse ante el Puente Nuevo, con sus impresionantes 98 m de altura, recorrer las murallas y los baños árabes, y detenerse en su célebre plaza de toros, edificada en el siglo XVIII. Imprescindible, también, es la visita al Museo del Bandolero, donde se evoca la imagen romántica de la ciudad forjada a lo largo del siglo XIX. En las cercanías se encuentra el yacimiento arqueológico de Acinipo, con interesantes restos romanos, y la Cueva de la Pileta, con el conjunto de pinturas rupestres más importante de Andalucía.
Dirección: Peña Cerrada, 42. Ronda La Vieja, Ronda (Málaga).
Tels.: 952 870 476 y 666 153 906.
E-mail: info@fincanaranja.com
Habitaciones: Dispone de tres casas independientes, todas con cuarto de baño y cocina. Una de ellas tiene capacidad para dos personas, pero en las demás se pueden alojar hasta cuatro huéspedes. Las más amplias disponen de chimenea y de un pequeño comedor.
Precio: El precio para dos personas varía entre 95 y 125 € la noche, según el tamaño de la casa elegida. Desayuno e IVA incluidos.
www.fincanaranja.com