Cómo decorar el distribuidor

A menos que vivas en un loft, los distribuidores son imprescindibles para pasar de una habitación a otra de la casa. Pequeños, irregulares, oscuros o con ventana, cualquiera de ellos puede tener encanto si sabes cómo decorarlos. 

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Una librería con poco fondo

A la hora de decorar un distribuidor es fundamental que la circulación sea fluida. Si cada vez que pasamos junto a un mueble nos golpeamos contra él porque no hay espacio para ambos, la decoración será un fracaso. Esta librería con poco fondo, de Car Möbel, garantiza el paso de una habitación a otra. ¿Los detalles? Una silla metálica pintada -pura tendencia- y un flexo sobre la librería completan un coqueto rincón de lectura. 

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¿Qué tal si colocas una alacena?

Solemos situarla en el comedor o en el office de la cocina, pero también es una excelente solución para rentabilizar el espacio que queda entre dos puertas. Para que el ambiente no quede muy recargado, busca un modelo que combine armarios en la parte inferior y una vitrina en la zona más alta. Como este, de Maisons du Monde. 

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Una zona de estar mini

Fíjate en este distribuidor. ¡Parece un salón a escala mini! La clave: adosar los muebles a las paredes para que no dificulten el paso. En este caso, el banco de estilo vintage se situó junto la pared más larga, mientras que la mesa auxiliar se  colocó en la más estrecha. La lámpara de techo a media altura, al mismo nivel del cuadro, reduce las proporciones del saloncito para que la decoración se ajuste mejor al espacio. Mesa auxiliar, de House Doctor. 

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Dale la vuelta a la consola

Si el pasillo y el distribuidor se unen en forma de L, una solución es independizar cada zona para crear dos ambientes distintos. Aquí, la consola colocada en perpendicular a la pared delimita visualmente el pasillo, mientras que en el distribuidor crea un rincón multifunción: una barra de desayunos, una zona de trabajo... Los taburetes tienen la altura perfecta para guardarlos debajo de la consola cuando no se utilicen. Y las lámparas colgadas a diferente altura ayudan a delimitar el pasillo y proporcionan una iluminación adecuada mientras se desayuna o estudia. Foto, de Car Möbel. 

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Una alfombra siempre viste

Colocada en cualquier distribuidor, transforma un espacio de paso desangelado en una zona vestida. Si se trata de un distribuidor con escalera, adosa a la pared un banco del mismo material de los peldaños, en este caso madera, añade un cojín y un perchero para colgar rebecas, bolsos o sombreros. Además de resultar decorativo, evitará que subas y bajes varias veces al día en busca de una prenda de ropa o un complemento. Alfombra, de Jacaranda, de venta en Macarena Saiz.

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El distribuidor del baño

Es complicado, porque suele ser pequeño y lleno de puertas que complican la posibilidad de añadir un mueble. Sin embargo, una escalera apoyada en la pared -una tendencia de última moda- no dificultará el paso. Asegúrate de fijarla para que no se mueva y, si quieres que la decoración sea redonda, cuelga un cuadrito a la altura del último peldaño y añade un taburete alto con poco diámetro. Los de aire industrial, en acabado metálico -por cierto, el cobre está de última moda- armonizan con escaleras de todos los estilos. Esta, rústica, es de Madam Stoltz.

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La mínima expresión, con encanto

De acuerdo, tal vez tu distribuidor sea tan diminuto que resulte imposible colocar una consola o un mueble convencional. Aún así puedes lograr que tenga interés decorativo. Reviste la pared que tenga menos puertas con un papel pintado llamativo, y pinta el resto con un tono que armonice con el estampado. Por muy pequeño que sea el distribuidor, siempre puedes colocar un taburete: suelen medir 30 cm de diámetro o incluso menos. Apila encima dos o tres libros con cubiertas atractivas y pon el punto final a la decoración con un flexo de aire retro. Sencillo, ¿verdad? Papel de la colección Tamaris, de la firma Camengo.

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Una composición coqueta

En la pared, cinco percheros de colores de la firma Schönbuch se suceden como las notas de un pentagrama. Y en la esquina, dos pantallas llamativas cuelgan a la altura del picaporte para que todo el que pasa admire su atractivo diseño, rematado en madroños. Bajo los percheros, un detalle con encanto: el taburete pintado en turquesa con efecto envejecido se ha transformado en una mesita baja sobre la que descansan un par de libros y un teléfono vintage sin línea, puramente decorativo.

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Encuadra la composición

Si el distribuidor conduce a una sola habitación, orienta la decoración hacia ella para disfrutarla cada vez que abras la puerta. Aquí, la ventana -vestida con una cortina de lamas de madera y con un alféizar ancho sobre el que se han colocado tiestos en maceteros- parece un cuadro en 3D al colocar debajo un banco. Si te fijas, el banquito no es un diseño cualquiera: el contraste entre la estructura de madera rústica y el asiento tapizado en seda enriquece la composición. Foto, de Madam Stoltz. 

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