Este pasillo-recibidor queda abierto o cerrado al salón y a la zona de dormitorios, según sea necesario.
Los elementos clave son una puerta de vaivén y un tabique de cristal con puerta corredera. En el caso de la hoja de vaivén, sin bisagras, suele quedar abierta de día por comodidad y se funde visualmente con la pared; de noche, se cierra para dar privacidad a la zona de dormitorios y aislarlos del ruido que pueda llegar desde el salón. En cuanto al tabique de cristal, permite el paso de la luz natural desde el salón al pasillo, sin perder intimidad, y como incorpora una puerta corredera, que durante el día está abierta, ambos espacios se integran; una solución con la que se crea sensación de más amplitud.