El hueco útil: Ejemplos para aprovechar el espacio bajo la escalera

Por su volumen, la escalera es un elemento que atrae la atención. La decoración bajo sus peldaños es una cuestión estética pero, también, una forma de rentabilizar el espacio.

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Baldas y estantes

Baldas y estantes ofrecen una magnífica posibilidad para guardar. Aquí, los peldaños volados dibujan una línea en zigzag que divide la pared en dos zonas: la superior, decorada con fotos, y la inferior, con una composición  de almacenaje en color blanco. De Leroy Merlin: marcos (desde 9,95 €), estante Spaceo (8,25 €) y cajas Infinity (desde 2,20 €).

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La bicicleta

Guardarla en casa no siempre es fácil, pero la escalera es una buena opción. Aquí, los peldaños fijos a la pared y la barandilla de diseño ligero, pintados en gris acero, se suman al suelo de cemento pulido y ofrecen un aire de loft industrial en el que encaja la bicicleta. La de la imagen es un diseño retro que no se utiliza, de ahí que esté suspendida mediante hilos de nailon. Junto a ella, un foco con trípode añade encanto.

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Un sofá extra

Una escalera curva es perfecta para crear una zona de asientos íntima. En este caso, el estudio de arquitectura Arau & Mediavilla realizó un banco de obra cuyo alzado se pintó en el mismo tono de la pared. La superficie se pavimentó con las losetas de barro utilizadas en el salón y, a modo de perfil, se instaló una viga recuperada. El banco se dividió en dos zonas: una amplia, con una colchoneta que sirve de asientos y cojines a modo de respaldo y otra pequeña, sobre la que se situaron dos maletas antiguas como mesa auxiliar y un flexo. En la pared, un espejo joya confiere importancia al ambiente.

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Escobero camuflado

En tramos cortos en los que la escalera, además, es baja, el espacio es idóneo para ubicar un armario a medida. El de la imagen se adapta al ángulo que describen los peldaños. Con dos puertas y tiradores cómodos, en él se guardan cubos, la aspiradora, escobas... Las puertas se empapelaron con un diseño de flores que añade interés a un distribuidor angosto.

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Librería en el dormitorio

Una pendiente acusada crea la sensación de encontrarnos en una buhardilla. Eso es justo lo que sucede en este dormitorio que, gracias a la inclinación de la escalera, destila un encantador aire bohemio. El Estudio de Arquitectura Freehand aprovechó la inclinación para realizar debajo una composición de módulos con libros, que garantizan horas de apacible lectura en la cama. Los rectángulos blancos, instalados en vertical y horizontal, dibujan visualmente una L que cobija en su interior a tres más pequeños, en acabado madera.

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Zona de lectura y juegos infantiles

Mantener libros y juguetes en orden es más sencillo si se colocan en una estantería. El tramo de esta escalera, muy largo gracias a la inusual altura de la casa, permitió instalar en la pared inferior una librería XL, con una escalera con ruedas que se desplaza por ella para acceder a los libros y juguetes de la parte superior. Bajo la zona más baja de la escalera, unos cojines invitan a jugar. Los peldaños volados y el quitamiedos de cristal, garantizan que los niños dispongan de luz natural.    

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Un chill out dentro de casa

Cuando el ancho de los peldaños es mayor que el estándar, el espacio inferior multiplica sus posibilidades. Una de ellas es diseñar una zona de relax. La de la imagen, cubierta en su totalidad por la escalera, resulta muy confortable.

La estructurasobre la que se asientan los peldaños engrosa a medida que se acerca al suelo. ¿El resultado? Se potencia la sensación de intimidad, como si se tratara de un refugio. El chill out, formado por una base de obra, colchoneta y cojines, dispone de su propia ventana. La entrada de luz natural, sumada a las paredes blancas, logra que el rincón sea acogedor sin parecer angosto.

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Los electrodomésticos

En las distribuciones diáfanas en las que cocina, comedor y salón comparten el mismo espacio, el hueco debajo de la escalera es clave. Unos peldaños altos permitirán instalar la lavadora, el lavavajillas, botelleros, armarios para guardar la vajilla e incluso el frigorífico en la zona más alta. Panelados en madera, parecerán la pared de un ambiente despejado, ¡sin que nadie sospeche que en ella están los electrodomésticos!

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Maletas con estilo

Al ser voluminosas, a menudo no se dispone de un espacio propio donde guardarlas. Esta escalera tenía tanto impacto visual -con peldaños de madera volados, barandilla de hierro y un lateral que describe un acusado ángulo en la esquina- que el hueco inferior requería algún tipo de decoración. Se solucionó con las maletas, apiladas de menor a mayor. Sobre ellas se colocaron libros y detrás, un espejo apoyado en la pared duplica la composición. Este juego de reflejos se aprecia también frente a la escalera, donde dos espejos verticales crean la apariencia de un falso tramo que subiría hacia el primer piso, y multiplican por dos las fotos que decoran la pared.   

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Distribuidor con encanto

Las zonas de paso requieren una decoración que permita circular con fluidez. Como esta consola con sobre en forma de media luna, que se adosó a la pared. Aquí, el color es clave.

Los laterales de los peldaños se pintaron en azul, a tono con la pared, de forma que se integran en ella y desaparecen visualmente. Sin embargo, los elementos verticales -la barandilla, el perfil del arco por el que se accede al salón, la consola y el rodapié- se decoraron en blanco.

El contraste entre ambos colores potencia la sensación de altura. Pintura Bone China Blue, de Little Greene (39,50 €/litro en Gancedo).

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Recibidor

Cuando la escalera se encuentra junto a la puerta de acceso, el espacio inferior se puede aprovechar para organizar la entrada. Una consola, jarrones transparentes, un baúl antigüo y un perchero, completa la composición

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