Seis dormitorios para una dama

Claves de un estilo clásico renovado en este dormitorio de porte señorial. Los complementos femeninos, vintage y country chic armonizan con el cabecero de rejilla decapado y el juego de sábanas, a los que restan sobriedad con su frescura, al tiempo que dinamizan la decoración. Espectaculares, las ramas artificiales de manzano con flor, de Euroflor.

Un plus de estilo: el uso del dorado en pequeñas dosis, en las mesillas. Los textiles y la tarima natural añaden calidez al ambiente, pintado en un gris perla. Interiorismo, Pili Molina. Cabecero, mesillas, cojín floral y ropa de cama, de Zara Home. Cajas estampadas, de Almacenes Masol. Visillos de lino, de Ikea. 

Una paleta cromática que mezcla colores femeninos, como fucsia y púrpura, pero que se atreve con contrastes marcados con chispas de color lima y azul y mezcla de estampados dispares. Alegre y vital, su decoración no contempla piezas estándar y sí, singulares. En esta deco, destacan la butaca y la mesa ovalada, pero sobre todo una pieza con encanto indiscutible: la lámpara Icarus, diseño de Tord Boontje para Artecnica, realizada con plumas de poliéster, inspirada en las alas del personaje de la mitología griega, evoca la aspiración a volar.
Interiorismo, Mario Calavera y Dunia Garriga. Butaca decó retapizada con una tela de Designers Guild, en Usera Usera. Colcha y cojines, de Filocolore.

Un ambiente despejado, que permite desconectar con facilidad, y donde prima el blanco por su luminosidad. La decoración actual es así. Los textiles son los que aportan color y dinamismo; en este dormitorio: máxima frescura con un verde agua en degradé. En interiores actuales, la madera suele estar presente por su calidez, pero también por ser un partenaire muy armónico con paredes blancas. En este dormitorio, el cerezo está presente en la tarima, pero también se prolonga en una de las paredes, un recurso perfecto para elevar el nivel decorativo. A destacar, junto a la cama tapizada en blanco, un dúo en negro, con piezas estilizadas: lámpara AJ, de Arne Jacobsen para Louis Poulsen, y mesa auxiliar Fat Fat, de Patricia Urquiola para B&B Italia. 
Interiorismo, Susana Sigüenza Sánchez. Colcha y cojines, de Filocolore. Silla mecedora Eames Plastic RAR, de Vitra, diseñada por Charles & Ray Eames en 1950.

Las flores son un clásico en la deco femenina, pero ¿dónde parar? Para no llegar a la saturación visual, siempre conviene utilizarlas con mesura y plantearse siempre qué impresión se quiere causar. En este dormitorio, las flores a gran escala se combinan con rosa y blanco y el conjunto revela un espíritu romántico y soñador. Aquí el efecto primavera se consigue con un plaid acolchado y una alfombra maxi con gama de rosas en diferentes tonalidades, verde, amarillo y azul. Un mirador como el de esta habitación pide una chaise longue... para soñar despierta. 
De venta en Usera, Usera: alfombra de Designers Guild y plaid acolchado de seda. Ropa de cama, de Textura. Cojín rosa, de Filocolore. 

El estilo nórdico en su versión más sofisticada está presente en este dormitorio. Una decoración en blanco y negro, donde la piel -un must en la deco escandinava, que evoca su clima y naturaleza- tiene máximo protagonismo por la ausencia de color. También focaliza la atención, la fotografía enmarcada en negro sobre la pared nívea. Flanqueando la cama, mesillas y lámparas blancas, de líneas depuradas; su misma sencillez y funcionalidad se adivina en el mueble de lavabo. Tan solo una consola vintage, de Ágora, y un baúl verde, de Anmoder, rompen la uniformidad.
La manta sobre la cama es de Goes Home para Ana Escuer. Los cojines, de Maison de Vacances. Los cuadrantes blancos, de Textura. La colcha blanca de Antennae. 
Un plus de interiorismo en esta reforma, de la arquitecta Cristina Manene, se instala un cerramiento acristalado en un tramo de la pared que separa dormitorio y baño, que carece de ventanas. Su transparencia proporciona luz natural al cuarto de baño, y ambos espacios, decorados con el blanco como base, ganan amplitud visual.