El error más común en la iluminación del dormitorio
es situar un único punto de luz sobre la cama; es preferible sustituirlo por una lámpara de pie que dirija la luz hacia el techo y repartir modelos de mesa sobre los muebles, desde las mesillas hasta la cómoda. De este modo, la iluminación resultante será menos cegadora y conseguirá rincones íntimos y muy acogedores.