Escritorios para sentarse a estudiar

En septiembre los peques regresan a la rutina de los deberes. Prepara a tu hijo una zona donde pueda concentrarse y afrontar un curso de sobresaliente.

mesa de escritorio verde
Hearst
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Superficie mate

Hacer los deberes puede ser más divertido si permites que tu hijo elija el color de la mesa. El tono no influye a la hora del estudio, pero sí el acabado: asegúrate de que la superficie sea mate o satinada, ya que si es brillante, cuando la luz de la lámpara incida sobre ella puede provocar molestos reflejos. De Ikea: tablero Vika Amon verde, en 150 x 75 cm (21,99 €). Lámpara modelo Forsa (19,99 €). Y silla Urban, apilable (29,99 €). 

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Las nuevas tecnologías

Mientras son pequeños no son necesarias, pero en cuanto crezcan las incorporarán al estudio. A la hora de comprar a tu hijo una mesa de trabajo, valora la posibilidad de incluir una balda extraíble para el portátil o el teclado.

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Personal sí, pero con reservas

Es su territorio y en él pasará horas. Lo justo es que se rodee de detalles que le hagan el esfuerzo más agradable: un archivador que le guste, ese portalápices que ha elegido... Sin embargo, conviene evitar todo aquello que le pueda distraer, como pósters de famosos o fotos con los amigos: tendrán su lugar en el dormitorio, pero fuera de la zona de estudio. Escritorio, similar en Maisons du Monde.

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Cajón de sastre

Lapiceros, compás, folios en blanco, escuadra, cartabón... ¡Hay que ver la cantidad de materiales que maneja! En una mesa con cajones le resultará más fácil mantenerlos en orden y encontrarlos sin perder ni un segundo cuando le hagan falta. El modelo Brisa mide 134 x 64 x 76 cm (534 €). Lámpara Dabia (43 €) y silla Aspa (79 €). Todo de venta en El Corte Inglés.

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Evita la visión directa de la cama

Qué niño es capaz de estudiar una lección aburrida mientras la almohada le tienta, mullida y acogedora? Si el espacio lo permite, orienta la mesa de manera que no se vea la cama. En este caso, la librería Expedit, de Ikea, separa visualmente la zona de descanso de la de trabajo. Sus medidas: 149 x 39 x 149 cm (89, 99 €). 

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Un rincón de trabajo a la medida

Cuando el dormitorio es pequeño, una composición modular, como esta, de Kibuc, permite rentabilizar el espacio. Por ejemplo, si el sobre de la mesa se estrecha en la esquina, facilitarás el paso hacia la puerta de entrada. Y si sitúas el escritorio en perpendicular a la cama, podrás prescindir de mesilla: así, la habitación parecerá mucho más amplia.

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Todo a su alcance

Cualquier excusa es buena para salir de la habitación e interrumpir esos deberes que le dan tanta pereza. Completa su zona de estudio con una librería o un estante donde tenga a mano el diccionario, el atlas y otros libros de consulta: ganará tiempo y se quedará sin argumentos que justifiquen sus escapadas.

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Cerrado por descanso

Este original escritorio, que recuerda la forma de los antiguos baúles con sus bolsillos de tela y los tiradores de piel, tiene el sobre abatible para que cuando tu hijo termine de hacer los deberes, recoja y cierre. Sus medidas: 130 x 60 x 83 cm (590 € en Maisons du Monde).

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Tareas y trabajos, siempre presentes

Para evitar descubrimientos inquietantes -como que mañana tenía que entregar el resumen de un libro que, a fecha de hoy, ni se ha leído- enséñale a que, en cuanto llegue del cole, anote los trabajos que tiene pendientes, con sus plazos de entrega. Reserva un espacio en la pared, junto a la mesa de estudio, para colocar un corcho, un tablón de notas o una pizarra y tendrá la planificación ante sus ojos.

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Escritorio junto a la ventana

¿Sabías que la luz natural estimula la producción de endorfinas, y que éstas mejoran el rendimiento académico? Si tienes opción, sitúa la mesa de estudio junto a la ventana. La firma Velux dispone de modelos de techo para abrir vanos en áticos y buhardillas.

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La zona de estudio bien iluminada

Para garantizar su salud ocular es fundamental que el niño estudie con abundante luz cuando el sol desaparece en invierno. Recurre a una lámpara regulable, que ilumine la mesa pero sin deslumbrarle. Si es diestro, colócala a su izquierda, y si es zurdo, a la derecha para que su propia mano no le haga sombra mientras escribe. Modelo Tertial (6,99 € en Ikea).

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El saber no ocupa lugar

Por eso es posible organizar una mesa de estudio para tu hijo, incluso, en una zona de paso. ¿Cómo? Con una mesa abatible de pared, como el modelo Norberg, de Ikea (29,99 €) y con una silla plegable que se cuelgue de un perchero cuando ya no haga falta. Eso sí: mientras el niño estudie, debe reinar el silencio a su alrededor para no molestarle. 

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