Amueblada en blanco, la habitación de Sophie está equipada con todo lo necesario para su bienestar: dormir, jugar o relajarse junto a sus papás. Estampados de lunares, mariposas, hadas y sutiles bordados convierten el dormitorio en un espacio de ensueño para una niña. Una alfombra de pelo corto será testigo de sus primeros gateos.
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La cuna por el día se convierte en sofá al bajar la barandilla. Sobre ella, una mosquitera protege a la pequeña. Una cómoda con cajones y una mini estantería en la pared completan el mobiliario blanco en suave contraste con el rosa de las paredes. Cojines lisos de lino, de Textura.
¡A columpiarse! Un sillón con vaivén le hará conciliar pronto el sueño y un juguete balancín favorecerá la coordinación de sus movimientos.
1. ZONA DE COMPAÑÍA. A la entrada se colocó una butaca y una lámpara de pie para facilitar acunar al bebé o darle de comer.
2. CUNA, SOFÁ Y CAMA. El modelo evolutivo permite a la cuna convertirse en sofá por el día y en futura cama dentro de unos años. Una alfombra asegura los juegos en el suelo bien calentita.
3. ALMACENAMIENTO.Una sencilla cómoda con cajones y puerta es todo lo que se necesita, por el momento, para guardar su ropa. En la pared, una estantería alberga sus primeros muñecos.
Un sillón cómodo y una lámpara de pie con repisa son piezas imprescindibles en el cuarto del bebé. Esta butaca tapizada en rosa con lunares es ideal para sentarse a darle el biberón, contarle un cuento o velar su sueño.
Mecedora Poäng, de Ikea, en chapa de haya y con funda de quita y pon que facilita su lavado (217 €).
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