Pocas habitaciones se preparan con tanto cuidado y cariño como la de un bebé. Pero, además de lo estético, debes tener en cuenta que sea un lugar cómodo y práctico y, sobre todo, muy seguro.
Qué debes tener en cuenta a la hora de comprar la cuna de tu babé
Es la pieza más importante en la habitación de un bebé, donde pasará la mayor parte
de sus primeros meses de vida. Te contamos todo para que elijas bien.
Tipos de cunas: La estándar, es la típica rectangular con barrotes; el moisés, que usarás solo los primeros meses de vida; las multifuncionales, que incluyen cajones o un cambiador y que son perfectas para espacios reducidos; las de viaje y las convertibles, son las más funcionales, ya que se transforman en cama.
Seguridad: Es fundamental que compruebes que la cuna está homologada y cumple la normativa de la UE, pasando unas pruebas dinámicas y estáticas que garanticen la resistencia del mueble. Es importante que si tiene ruedas, tengan freno para bloquearlas y que no se mueva y que esté construida con materiales anti-irritantes y atóxicos.
Colchón: Debe ser confortable, con un grado de firmeza adecuado, según su peso, para evitar el síndrome de muerte súbita y los reflujos. Y debe encajar perfectamente en el espacio interior de la cuna. Los tienes de diferentes materiales, desde fibra de coco, viscoelástica o de látex y de diferentes tipos de espuma.
Características: La base de la cuna debe ser de metal o de madera, para resistir mejor el peso, con un ancho mínimo de 60 cm y un largo de 20 cm más que el bebé. Las paredes laterales estarán formadas por barrotes que nos permitan ver al niño, con una altura mínima de 60 cm y una separación entre ellos de 4,5 ó 6,5 cm.
Cuna. Debe estar lejos de la ventana, para así evitar las corrientes de aire y los ruidos, y separada de las cortinas y del radiador.Apoya en la pared un lateral o el cabecero para tener un acceso cómodo al bebé y deja una distancia de unos 90 cm con los muebles más cercanos, para no tener obstáculos y llegar a la cuna con facilidad.
Otros muebles que necesitas para el cuarto del bebé
Cambiador. Existen muchos modelos en el mercado: el básico, tipo manta; con
patas; con bañera o con cómoda. Elige el que mejor se adapte al espacio disponible en la habitación y a tu presupuesto.
El cambiador debe estar en un sitio bien iluminado y cerca del armario. Que cuente con un espacio para guardar los pañales, cremas y botes, y que tenga una altura de 70-80 cm para no tener que forzar mucho la espalda.
Armario. Lo ideal es que tenga una profundidad de 60 cm y una altura de 1,80, con estantes que se puedan mover para ir adaptándolo según pase el tiempo. Utiliza la parte inferior y la barra para la ropa y las cosas de diario y la superior como zona de almacenaje.
Pinta el cuarto del bebé con tonos suaves y escoge pinturas plásticas, no tóxicas y lavables.
Zona de lactancia. Tanto si le das el pecho como el biberón, su dormitorio es el mejor sitio para alimentarle. Coloca un sillón y una pequeña mesa auxiliar, para disfrutar de ese momento relajadamente.
Iluminación. Lo ideal es que tenga luz natural. Pero además, debes poner una lámpara de techo bien centrada y otro punto de luz indirecto, como una lámpara de mesa. Evita los tubos fluorescentes y los halógenos empotrados.
La seguridad es muy importante. Protege las esquinas, tapa los enchufes, pon vallas quitamiedos y opta por un suelo antideslizante (+ sistemas de seguridad).
Es hora de jugar. Reserva una zona para sus juegos. Desde una alfombra acolchada o un móvil de suelo, donde descubrir el mundo cuando son bebés, hasta un balancín o un tipi para cuando vayan haciéndose más mayores.