El nacimiento de un hijo es, para muchos padres, el momento más feliz de sus vidas. Durante los nueve meses de espera, el entusiasmo y la preocupación juegan en el mismo bando, pero la ilusión y los preparativos también forman parte del día a día. ¡Y uno de ellos es poner a punto la habitación del bebé!
¿Será niño o niña? ¿La decoraremos en rosa o en azul? ¿Y por qué no en verde? ¿Y por qué no diseñar además un cuarto de fantasía que nos traslade a un fabuloso jardín nada más entrar? Eso es justamente lo que la interiorista Dina Bandman logró en este proyecto que no te dejará indiferente.
La habitación, ubicada junto al jardín, dispone de dos amplios ventanales en forma de arco redondeado que ofrecen una bucólica vista al exterior, aderezada por la luz natural. Para recrear un estilo clásico y elegante, Dina jugó con los elementos de la decoración.
Lo más llamativo es, sin duda, el papel pintado de color verde empolvado con dibujos de limoneros que visten las paredes de la habitación, a juego con las cortinas de aires señoriales que enmarcan el paisaje.
La cuna de metacrilato con dosel transparente rompe con la estética clásica refrescando el ambiente de una manera muy acertada.
Los animales de peluches de aires vintage, combinan estupendamente con los apliques de pared con pantallas tipo flor en color amarillo y brazos de latón.
Frente a la cuna y junto a la ventana, un coqueto rincón de lectura compuesto por un sillón y un reposapiés tapizados en tela de color beige y estampado de corte victoriano, se acompañan de una mesa auxiliar de alambre dorado, y de una lámpara de pie con la estructura también dorada.
Al mirar hacia arriba, nos encontramos ante un falso techo construido con un panel de rombos, y justo en el medio, una lámpara con diseño de pétalos amarillos que añade el contraste, y que puedes apreciar en la imagen de portada.
El fondo del armario, así como el frente de los cajones, de vuelta al estilo clásico, se decoraron con un forro de cuadros vichy en color gris.
Además, en cada una de las baldas se instaló retroiluminación.
La cómoda sigue la misma estética que el armario, con la única diferencia de las borlas amarillas que penden en cada uno de los tiradores. En el espacio superior de la pared, una barra dorada actúa como vestidor abierto, modernizando el rincón junto a la escalera blanca que reposa sobre la esquina.
Proyecto: Dina Bandman.