Hearst
Los propietarios de esta casa, situada en el barrio barcelonés de Sarriá, querían la cocina de sus sueños. Querían un espacio conectado, amplio y luminoso, pero independiente al mismo tiempo. Para ello recurrieron a Clysa en colaboración con el arquitecto Martí Font, que propusieron un espacio acorde a sus necesidades, integrado en el salón pero con una gran puerta corredera que independiza la cocina cuando es oportuno.
El área de la cocina es luminosa, pero Clysa decidió utilizar mobiliario en color blanco para potenciar la sensación. Blanco en muebles, paredes y techos.
Las líneas rectas del mobiliario Line, de Santos, dan ese aire actual y minimalista a la cocina. Frentes lisos y líneas puras que se integran en la estancia contigua: el salón y comedor.
En el suelo, un pavimento gris como contrapunto al mobiliario. Se utiliza también para delimitar el área de la cocina, ya que en el resto de la vivienda predomina la madera.
La mesa de pino adosada a la isla se convierte en protagonista entre el níveo conjunto. Enlaza con las contraventanas y el ladrillo visto con la zona del fregadero.
La distribución: una gran isla central con zonas de preparación y cocción, junto a almacenaje. El resto de áreas se distribuyen a ambos lados de este elemento central. Así queda espacio libre alrededor de la isla y de la mesa.
El almacén se completa con dos columnas despensa, ubicadas fuera de la cocina, justo al otro lado de la puerta corredera.
Clysa: www.clysa.com
Santos:www.santos.es
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Una gran puerta corredera independiza o integra la cocina en el salón.
En el suelo de la cocina, un revestimiento en gris. En el resto del espacio, madera.
Una mesa de madera con taburetes se adosa y apoya en la isla de trabajo central y ocupa el área central de la estancia. Sobre la mesa, una lámpara de techo. La mesa rompe el total white en madera de pino envejecida y teñida.
Taburetes Míster, de Ondarreta con estructura en haya lacada en blanco y tapizado en polipiel en blanco. El resto de la encimera es Blanco Zeus, de Silestone.
Muebles blancos con frentes lisos
A ambos lados de la zona central (isla y mesa) se organiza el resto del mobiliario, así queda despejada la zona alrededor de la mesa y se puede circular y trabajar con comodidad, incluso varias personas.
La línea de muebles Line en blanco seda mate, de Santos, cuenta con el sistema de apertura gola, que permite la apertura de la puerta en cualquier punto.
Detalle de la mesa de comedor en la cocina, la isla de cocción a continuación y al fondo el frente de aguas, con la pared de ladrillo visto.
En esta toma se aprecia la madera de la mesa y al fondo la zona de aguas con el fregadero, la pared de ladrillo visto y el lavavajillas panelado, totalmente oculto a la vista.
Sobre la mesa, una lámpara de estilo factory.
Varios acabados en la cocina
La cocina recibe la luz natural de los ventanales. El blanco resalta la luminosidad, la madera caldea y el suelo en gris pone la nota neutra.
El acierto: combinar el blanco con la madera y el ladrillo visto, que rompe y dinamiza. ¡Materiales que enriquecen el ambiente!
Superficie extra de trabajo
La mesa también aporta superficie extra de trabajo en la cocina.
El fregadero se ubica en la zona más cercana a la isla. Tres módulos bajos conforman la zona de lavado, en uno de ellos, el lavavajillas totalmente integrado. En otro, cubos de reciclaje. En la pared, módulos altos de apertura abatible con iluminación led para la zona de trabajo. A la izquierda se instala el frigorífico, integrado en una columna, de Neff.
Fregadero Cristadur en blanco Polaris, de Schock. Grifo en cromado, de Blanco.
Aquí se aprecia la campana empotrada, de Gutmann, sobre la placa de cocción de la isla. De esta manera se evitan elementos visuales que impidan la sensación de continuidad y ligereza.
En la isla se prepara la comida y se sirve sin apenas desplazamientos en la mesa. En la isla, placa de inducción y un teppanyaki, de Gaggenau (como el lavavajillas, el horno y el microondas). Además, muebles de almacén: módulos bajos en la cara exterior y cajones extraíbles en la interior.
Vista desde la cocina con la puerta corredera abierta. La cocina se integra en el salón.
En este frente, un hueco con encimera, muy práctico para preparar el desayuno y servirlo directamente en la mesa de la cocina.
A continuación una zona de paso con los muebles despensa.
En línea en el centro de la cocina
En uno de los extremos de la cocina, opuesto al frente de lavado, los muebles columna aglutinan una caldera, un horno, un microondas y varios módulos de almacén. Todo organizado en un espacio reducido. A continuación, módulos altos de pared en horizontal y módulos bajos, uno de ellos esconde un congelador, de Neff.
En el hueco que queda entre módulos bajos y altos, enchufes para pequeños electrodomésticos.
La organización de la cocina, poryectada por Clysa, y el mobiliario de la firma Santos han convertido esta cocina en un ejemplo de diseño, modernidad y calidez. Un acierto para cocinar y compatir momentos a diario.
Dos columnas conforman la despensa. Se sitúan fuera de la cocina, a continuación de la puerta corrdera, en una zona de paso hacia el salón. Por su diseño, no interfieren en la decoración de la zona.
Detalle del encuentro entre la mesa, que se apoya en la isla de cocina.
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