¿Y si integras la cocina?
Es una posibilidad que tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las primeras: al derribar la pared, ganarás sensación de amplitud; además, la zona de la cocina recibirá la luz natural que llegue, por ejemplo, desde el salón. Su inconveniente: la grasa y el humo no encontrarán obstáculos y se extenderán por los ambientes contiguos. Si te animas a integrar la cocina, elige una mesa y unas sillas cuyos diseños las permitan desempeñar la función de comedor y de office al mismo tiempo.
Muebles de cocina, mesa Docksta y silla Bernhard, de Ikea.