Una cocina abierta y luminosa
El revestimiento vinílico de flores delimita el espacio de trabajo de esta cocina, integrada en el estar tras una reforma acertada, que la dotó de claridad. El resultado: ¡muy actual!
El punto de partida: una cocina independiente que carecía de ventanas. Después de la intervención de la arquitecta Blanca San Martín, el área de trabajo se abre al salón y al comedor, sin tabiques, solo con los límites visuales que sugieren los revestimientos y el mobiliario.
Unas vigas vistas de madera natural soportan el peso estructural, que sustentaban inicialmente los tabiques originales, a modo de pilares de carga. El mobiliario —en color blanco y de diseño contemporáneo— se distribuyó en línea en el frente más largo; una zona para el horno, el microondas y el frigorífico y una isla de almacén, que marca la frontera con el salón.
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