Siempre que puedas, instala el fregadero en la zona más luminosa de la cocina, delante de la ventana, y a su lado, el lavavajillas.
Para trabajar cómodamente, conviene que la ventana sea de apertura corredera; de lo contrario, al abrirla, chocará con el caño del grifo. Si en tu caso la apertura es batiente y no quieres cambiar las hojas, opta por un grifo que tenga el caño abatible. Al vestirla, escoge un estor o unos visillos cortos recogidos con abrazaderas.
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