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En esta cocina, de unos 20 m², se instaló una península que se utiliza como zona de cocción y barra de desayunos. Además, con ella se amplía el espacio de almacenaje. Los colores: un ácido verde manzana y un sobrio y actual marrón wengué.
En la decoración de esta cocina, se apostó por un atrevido contraste cromático entre el verde pistacho de las paredes y el acabado oscuro de los muebles. Para que el conjunto no pesara demasiado, la encimera y el frente se realizaron en un material de síntesis blanco.
Los electrodomésticos de acero encajan con la estética moderna de los muebles.
Cocina proyectada por la interiorista Maite Guillén, con muebles Kenia, de Donna Cocinas. Taburetes, de Tam Tam.
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Los hornos y el frigorífico se instalaron en módulos con puertas para optimizar el espacio. A continuación, se colocaron el fregadero bajo encimera y el lavavajillas.
La placa de cocción se instaló en una isla ubicada entre las dos puertas de acceso a la cocina.
Por el lado que coincide con la vitrocerámica se completó con amplios módulos de cajones que multiplican el espacio de almacén; por el otro, la encimera volada se utiliza como barra de desayunos.
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Plano de la cocina: Planta de 26,87 m²
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La zona de fregadero y el lavavajillas, se instalaron junto a la ventana. En forma de L se situaron dos armarios de suelo a techo, el frigorífico, el microondas y el horno, estos dos últimos, en columna.
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El espacio que quedaba despejado entre las dos puertas, la de acceso a la cocina y la que conduce al jardín, se reservó para organizar un comedor de diario.
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La placa se colocó en una isla con armarios bajos, y se situó en paralelo al fregadero para formar un triángulo de trabajo cómodo que facilite las tareas. 4. Armarios, estantes y una despensa integran la amplia zona de almacén, que se prolonga desde la puerta hasta los hornos.
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