Bienvenidos a la cocina moderna de un piso centenario. Ladrillo, madera y hierro forman equipo con materiales y prestaciones
de vanguardia en un espacio donde la sostenibilidad sí importa.
Todo queda a la vista. Desde los elementos estructurales, como las vigas y las paredes de ladrillo, hasta la vajilla. Por eso, esta cocina necesitaba un plus de orden, que se consiguió al aprovechar los armarios y cajones de la isla que, además, incluye zona de cocción. Muebles modelo Suit Inox, de la firma Logos; proceden de Moretti. Horno y microondas, de la firma Miele. Los taburetes son de BoConcept. Baldosa hidráulica, de Zelart.
La propietaria de esta casa asegura que se enamoró “de una ruina con vistas espectaculares” a los tejados de Madrid, así que le urgía una reforma hecha a medida. De ella se encargó Sara Arroyo, de Arroyo Arquitectos, que decidió mantener los elementos originales de esta vivienda construida en 1910. Los techos altos del edificio fueron clave también en la cocina, ya que aportan mayor amplitud a un espacio abierto y sin puertas que, gracias a la nueva distribución, se inunda de luz natural.
Y esa ausencia de muros divisorios permitió integrar un comedor multitarea, el lugar perfecto para teletrabajar, recibir a algún familiar con distancia de seguridad o para que los niños hagan las tareas del cole. De la decoración se encargó Karine Mantoux, que optó por la fusión de materiales. Los elementos de hierro, como los refuerzos de las vigas vistas, se suavizan con la calidez que aporta el antiguo pavimento de madera, en pino recuperado y lavado con lejía, que añade una atmósfera tan acogedora al ambiente.
Sin embargo, el suelo entre la isla y la zona de cocción se revistió con baldosas hidráulicas, de Zelart, un material resistente y más fácil de limpiar. En el comedor, que a su vez conecta con el salón de la vivienda, la pared cobra protagonismo con un fantástico mueble para guardar la vajilla oscuro, a tono con el revestimiento de las columnas de carga. Un look ecléctico y cautivador que merece la pena copiar.
¡Qué original! El proyecto de Arroyo Arquitectos incluyó ideas excelentes, como encastrar la nevera en la pared del fondo. A la derecha, vista del comedor, integrado en el mismo espacio. Sobre la mesa antigua de madera —francesa— dos lámparas de estilo industrial, a tono con la alacena a medida. Sillas Eames Plastic, de la firma Vitra, diseñadas por Charles & Ray Eames.
Con respeto y visión ecológica
Tecnología y sostenibilidad tienen un papel importante en el rediseño de esta vivienda centenaria. Por ejemplo, se instaló calefacción por suelo radiante para reducir el gasto energético,
y el agua caliente de la casa procede
de un sistema de aerotermia, con un reducido impacto medioambiental.
La carpintería original se recuperó,
y se le dio un aspecto natural para resaltar su belleza. La alacena de
la vajilla se realizó con la madera
de antiguas puertas de balcones.
La isla de la cocina dispone de una zona de barra con taburetes altos para desayunar, comer o donde improvisar un rincón de teletrabajo. Este último también tiene cabida en la mesa del comedor.
Una cocina sin barreras. La propietaria quiso convertirla en el centro vital de la casa, de manera que familia y amigos circularan a través de ella sin encontrar obstáculos. La nueva distribución eliminó las puertas para llenar de vida cada rincón gracias a la iluminación natural que procede de las ventanas.